Carmen Baena. Áureo XIV, 2017.El trabajo escultórico de Carmen Baena configura espacios determinados por el equilibrio y la serenidad. Más allá de la irregular topografía que describe la superficie de sus composiciones, en ellas hay un orden al que contribuye la pureza y luminosidad del blanco que proyecta la piedra utilizada. Es recurrente en el trabajo de la artista una sutil transición entre el perfil pulido del mármol y las superficies complejas, cinceladas a golpe de puntero, resueltas a través de una iconografía que imita territorios montañosos.

En su serie Áureo, la serenidad monocromática del blanco es alterada a través de superficies cubiertas de oro. No se trata de un ejercicio de enmascaramiento ni de un simple recurso decorativo, sino que representan el principio simbólico de lo sagrado como fuente esencial del equilibrio y de la belleza que hay en la naturaleza. En este sentido, lo dorado define una poética que entiende el paisaje como un entorno relacional modulado por una geometría secreta y sensible. En definitiva, Baena reivindica la naturaleza y el proceso creativo como espacios para el pensamiento y para la iluminación.

Dobles sentidos

Por otro lado, la narrativa de la imaginación modula las fotografías de César Blay. Su último proyecto, El hombre que no sabía lo que buscaba y lo encontró, se mueve dentro de unas coordenadas donde los juegos visuales, los dobles sentidos y las paradojas se entrecruzan para ampliar nuestra concepción de lo verosímil. El protagonista de esta singular historia es un hombre que, acompañado de manera recurrente por un paraguas y un sombrero, traza un recorrido por distintos niveles de una realidad que no parece acogerse a la lógica de las leyes físicas.

La fotografía, siempre en un cuidado blanco y negro, así como las técnicas digitales de tratamiento de la imagen, permiten al artista explorar espacios imaginarios de los que nunca regresa con las ansias saciadas. Los afectos, la incertidumbre, la soledad, los miedos y los sueños se convierten, además, en compañeros de viaje de un trayecto que no parece tener una meta definida.

César Blay. El avestruz, 2016.