Los lienzos de Salustiano buscan conseguir superficies oníricas, de pigmentos naturales tales como el lapislázuli y de acrílicos donde el color toma más peso. El protagonismo de éste se configura así de forma unilateral: el rojo, como símbolo que provoca sentimientos de belleza y sangre; el blanco, la luz; y el negro, la ausencia de luz.

Estos contribuyen a contraponer el alfa y el omega configurando los extremos desde donde se parte y hasta donde se llega. Todo ello traza un recorrido a través del anhelo, entendido como un sentimiento hacia lo ideal, hacia lo absoluto. Un sentimiento presente en la humanidad desde tiempos ancestrales y que llega hoy a las miradas de los personajes retratados por el artista.

El título de la exposición, Presente Pluscuamperfecto, da pistas al visitante sobre el afán de perfección que motiva la obra del artista. Como él mismo asegura, “nunca me contento con poco, pienso que no me voy a conformar con que el presente sea sólo perfecto, sino que le voy a pedir que sea pluscuamperfecto”.

Muchas de las piezas elegidas para esta muestra son retratos infantiles que llevan sobre sí una fuerte carga emocional. Rostros que ayudan al artista sevillano a comunicar una determinada emoción, que funcionan como una correa de transmisión de sentimientos hacia el espectador.