La muestra incluye fotografías, grabados, dibujos, pinturas y diversas instalaciones con objetos diversos entre los que no faltan, como es lógico, los materiales cerámicos.

Benjamín Menéndez. Borrar huella. Foto: Piru de la Puente.

Benjamín Menéndez. Borrar huella. Foto: Piru de la Puente.

La célebre casa industrial ovetense, fundada en el año 1901, fue conocida por la acreditada calidad de su loza blanca y por sus hermosas estampaciones, vendidas incluso fuera de España. Tras varios intentos de proteger los inmuebles y los bienes culturales que atesoraba, finalmente la vieja factoría ha sido prácticamente desmantelada. Sin embargo, el lugar no ha perdido ni un ápice de interés y se ha convertido en un extraordinario pretexto para plantear la serie de propuestas plásticas que pueden verse en diversos espacios del Arqueológico, entre las que destaca el magnífico claustro del que fuera Monasterio de San Vicente.

Los artistas participantes son Daniela Zanzoni (Roma, 1948), Purificación Trabanco (Grao, 1944), Mónica De Juan (Corrientes, Argentina, 1974), Nicholas F. Callaway (Santa Rosa, California, 1985), Noemi Iglesias (Riañu, Llangreu, 1987), Pedro García (Cáceres, 1965), Verónica García Ardura (Gijón, 1976), Amaya Granell (Cangas del Narcea, 1973), Liana Montserrat (Oviedo, 1989), Agustín Bayón (Fierros, Lena, 1960), Laura Rodríguez (Avilés, 1987), Catherine Grangier (Ginebra, 1967), Rinaldo Álvarez (L.Luarca, 1971), Teo Hernando (Álava, 1958), Federico Granell (Cangas del Narcea, 1974), Emanuel Reyes (Argentina, 1985), Ernesto Junco (Oviedo, 1976) y Benjamín Menéndez (Avilés, 1963).

La muestra del Arqueológico se ve complementada con la exposición que, actualmente, acoge el Museo de Bellas Artes de Asturias sobre la obra en cerámica de Luis Fumanal –quien fuera director artístico de la fábrica entre 1952 y 1989–. El propio Museo de Bellas Artes alberga entre sus fondos una importante representación de la producción cerámica de San Claudio.

Atractivos… en ruinas

La compañía San Claudio, fundada por el industrial asturiano Senén María Ceñal y luego modernizada por José Fuentes Díaz-Estébanez, posee un buen número de atractivos arquitectónicos actualmente en ruinas. El conjunto, en activo por más de cien años, contiene diversas piezas arquitectónicas de interés entre las que destaca el imponente horno en forma de botella (1901), con su ya centenario aspecto de ladrillo macizo refractario; las casas del Monte; el edificio de oficinas, o la imponente chimenea de Cerámica Asturiana, además de la majestuosa nave del taller donde se elaboraban las pastas empleadas para la fabricación de platos, fuentes, cuencos y otras piezas de vajilla.

Afortunadamente, algunos museos y especialmente el Museo de Bellas Artes de Asturias conservan una importante representación de la producción histórica de San Claudio y sus papeles se guardan en el Archivo Histórico de Asturias.