Comisariado por Paula García-Masedo y María Rogel, parejas de equipos de ambas disciplinas han trabajado sobre una selección de acontecimientos ocurridos durante viajes en coche en las décadas de los 2000 y 2010. Desde estas noticias reales se ha desarrollado un proceso investigativo conjunto que finaliza con una serie de propuestas en sala, híbridas entre la coreografía y la instalación.

Como explican las comisiarias, “esta exposición explora el viaje en coche como reflejo de una sociedad en crisis y, también, como parte del folclore contemporáneo. La propia muestra es un viaje que atraviesa acontecimientos, oscilando entre la realidad de las instalaciones de las piezas expuestas y el mundo de ficción en el que vivimos”.

El coreógrafo Ángel Zotes y el estudio Taller de Casquería han trabajado de forma conjunta en la propuesta Default Water, partiendo de un accidente ocurrido en Badajoz en el que, siguiendo las indicaciones de un GPS confundido, un coche terminó en el agua del embalse de La Serena. Jonathan Martineau y elii han desarrollado Los fantasmas de Susie Sierra, adentrándose en los centros de crash test, “poblados de espectros sin pies y en los que se representa un buen mundo en común cuyos riesgos se intentan controlar”.

C+ arquitectos y Azahara Ubera han creado Las Respiradoras, a partir de los atascos que siguieron a los atentados del 11 de septiembre en Nueva York. Por último, Paula García-Masedo y María Rogel, partiendo de cómo Valdebebas se convirtió en una ruina de la modernidad y se reapropió como escenario de rallyes ilegales, han generado en Hacer (des)aparecer un coche un diálogo entre un grupo de aficionados a las prácticas de modificación de automóviles y un coche en sala.

La exposición también dialoga de forma activa con la ciudad a través de las propuestas de La Intrusa Danza y GOIG, que tendrá lugar en el propio dispositivo de vehículos con conductor.