Su trayectoria artística se inicia en Barcelona, donde trabajó con Ramon Casas, Santiago Rusiñol, Joaquim Mir e Isidre Nonell, y finaliza en París, donde se instaló a principios del siglo XX. Els Quatre Gats, como espacio destacado de la modernidad barcelonesa, y La Maison Rose, icónica casa de Montmartre donde el artista vivió durante muchos años, constituyen, en cierta manera, el alfa y omega de su carrera. A partir del 21 de septiembre, CaixaForum Girona presenta por primera vez una visión global de la obra de Pichot, en gran parte desconocida por el gran público, a través de 64 obras, dibujos y grabados, la mayoría procedentes de colecciones particulares.

Ramon Pichot, Cartel, c. 1898. Carbón y aguada sobre papel. Colección de los herederos de Luis Marquina Pichot.

Ramon Pichot, Cartel, c. 1898. Carbón y aguada sobre papel. Colección de los herederos de Luis Marquina Pichot.

Pichot seguirá de cerca la modernidad de las dos ciudades, motivo por el que su obra recibirá influencias de gran parte de los movimientos artísticos coetáneos. En Barcelona, en pleno modernismo, su producción presentó registros muy diversos, siempre a caballo entre las dos generaciones de artistas modernistas. El viaje iniciático en París era frecuente en muchos artistas, pero Pichot se quedó. Allí se integró en la colonia de artistas e intelectuales españoles, conoció y recibió influencias de las corrientes artísticas posimpresionistas y fauvistas, participó en numerosos certámenes internacionales, como en la sala del escándalo de los fauves, y contactó con mecenas y marchantes. Vivió en el epicentro del arte internacional del momento y se rodeó de destacadas figuras del mundo cultural parisino como Picasso o Apollinaire. Fue también uno de los pocos españoles que retrató los sufrimientos de la Primera Guerra Mundial.

Esta exposición ha sido organizada por la Obra Social ”la Caixa” y el Museu Nacional d’Art de Catalunya.

Barcelona, París y Cadaqués

La obra de Pichot fue evolucionando desde el modernismo inicial hasta el decorativismo de la segunda década del siglo XX, caracterizándose especialmente por el tratamiento y la preeminencia del color. Tres escenarios lo marcaron a lo largo de su trayectoria artística: Barcelona, París y Cadaqués, y, temáticamente, se movió entre las escenas de género, los retratos, el paisaje de Cadaqués y el tipismo hispano. Sus paisajes marinos y humanos de esta localidad, de gran fuerza cromática, se cuentan entre las primeras manifestaciones de Cadaqués como uno de los espacios destacados de la modernidad artística.