La obra se sumerge en el presente de un artista. Un ser humano que trata de descubrir, a través de la pintura, quién es realmente. Con sus pinceles, con sus palabras, descubre su mundo íntimo, atrapa e invita a reflexionar sobre el arte y la vida. Comparte sus fobias, sus dudas, sus miedos, sus fantasmas, sus deseos… Nos pone delante del espejo; igual que él se pone delante del espejo de su estudio para pintar, una y otra vez, su autorretrato. A medida que el cuadro avanza, que su alma se vacía en una suerte de descubrimiento personal, nos hace darnos cuenta de que arte y vida son, en ocasiones, células del mismo embrión.

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El peso del montaje recae sobre su único protagonista, Ruiz de Alegría, quien ejecuta una autorretrato en cada una de las funciones ante los ojos del espectador. Si cada función de teatro es única e irrepetible, este elemento lleva esta máxima a lo más alto. El actor es también pintor, por lo que el papel parece escrito para él.

El origen

Alberto Iglesias explica así el origen de El hombre y el lienzo: “En ocasiones, no muchas, los textos parecen desarrollarse al margen de la mano del autor. Partía de una idea: escribir sobre un artista que pinta un autorretrato. Y sabía que para poner en escena este texto necesitaba un actor que, además de poseer una curtida experiencia sobre las tablas, tuviera la habilidad del pintor, porque tenía que ser una combinación de teatro y pintura. Quería investigar sobre el proceso creativo del artista, ahondar en sus miedos, sus dudas, sus deseos, sus obsesiones. Quería escucharlo y quería verlo trabajar”.

En este proceso, “surge de pronto la historia de un hombre que arrastra consigo una ausencia poderosa, una pérdida que le ha dejado una herencia llena de incógnitas. Este artista vive, desarrolla su arte, y es una incógnita para sí mismo. Se busca a través de los trazos, de los colores, de las formas que imprime en el lienzo y, mientras indaga, a medida que el lienzo toma forma, comparte con nosotros, espectadores, sus ideas sobre el arte y los descubrimientos sobre su propia vida”.

Los cuadros que nacen de los pinceles de Ruiz de Alegría en cada función se exponen en el mismo teatro y el público los puede adquirir. Un porcentaje de cada venta irá destinado a la asociación de pacientes NUPA.

El hombre y el lienzo

· Dirección y dramaturgia: Alberto Iglesias
· Intérprete: Javier Ruiz de Alegría
· Ayudante de dirección: Jacinto Bobo
· Plástica escénica: Javier Ruiz de Alegría