Y para esta nueva floración cuenta con la colaboración del colectivo de Djs TWO EX, prolongando hasta las 00.00 h la ficción a la que invitan a formar parte. Y es que ésta habla directamente a nuestra realidad, sabiendo que las palabras aladas a las que asistimos nos pertenecen también a este otro lado. Un grito, a golpe de música electrónica, que provoca el despertar de las emociones más salvajes. La necesidad antigua de bailar como forma de redención del sufrimiento.

Babel, dramaturgo, director e intérprete, estrenó este capítulo perteneciente a su Decálogo de La Ciudad Sin Nombre durante el verano del 20-20, ese año disociado que lo cambió todo, poniendo a bailar al público cuando aún no se podía. Y ese baile se ha extendido, con la fuerza de su relato, hasta el día de hoy.

Acudir al Salvaje Manifiesto es asistir a un acto de resiliencia, vivenciando la supervivencia dura y alegre de todo lo que vive en el margen. La disidencia, aquí, pinta sus banderas de colores y celebra su existencia, entre lágrimas de verdad y bailes de deseo y conquista. Música, poesía, videoarte y el acto de lo colectivo se dan cita en una suerte de ritual moderno, necesario para anteponerse a la cruda realidad.

Partiendo de la premisa «bailar como acto de empoderamiento» y de la historia de una pandemia de baile extendida en la Edad Media en Europa, Babel presenta un fin del mundo que empezó el 12 de octubre de 1492 y que, a día de hoy, supone la oportunidad de cambio, de la escritura de una nueva ficción donde todo ser (humano y vegetal) tengan la oportunidad de existir en equilibrio.

Catarsis electrónica

Salvaje Manifiesto de las Flores habla a la emoción y pone al cuerpo en movimiento. Poesía, música y luz, elementos presentes en cualquier catarsis, se dan cita en esta celebración que parte de la oscuridad para brotar hacia la luz empoderada que emana el cuerpo que baila.

Una danza a golpe de emociones, de trozos de carne del mundo, liderada por el cuerpo de Babel, junto al músico LOOF y el diseñador de iluminación Juan Torán.

Caliente antes de entrar, este manifiesto promete hacerle bailar.