MUSAC, Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, presenta desde hoy sábado, 19 de enero, Parque fluvial abandonadoun proyecto específico de Lara Almarcegui (Zaragoza, 1972), artista seleccionada para representar a España en la próxima Bienal de Venecia, que se ciñe al territorio de la institución y de León como contexto concreto.

Para Parque fluvial abandonado, Almarcegui plantea dos nuevas obras, realizadas ex profeso para esta muestra, que constituyen un ejercicio doble de contextualización: por una parte, una intervención sobre la arquitectura de la sala donde se ubica; por otro, un trabajo sobre un descampado en la zona de La Lastra (León), sintomático de la situación actual del sector de la construcción en España.

Receta de construcción

Los proyectos de Almarcegui consisten en la presentación pública de investigaciones realizadas mediante métodos de análisis que son aplicados sobre aspectos aparentemente periféricos al orden urbano. Los descampados, los materiales de construcción o las capas de la ciudad abandonadas en su proceso mismo de crecimiento son algunos de los temas que ha tratado en su trabajo.

En el año 2000, en la localidad francesa de Phalsbourg, situó junto a un depósito de agua del siglo XIX los materiales que habían servido para su construcción. La traducción de la edificación en sus materiales, colocados los unos junto a la otra, parecía explicar la potencialidad de que sea levantada, su receta de construcción.

Lara Almarcegui - Materiales de construcción de la torre de agua

Después de la demolición

La instalación específica de la Sala 2 del MUSAC tiene también como punto de partida el análisis del edificio de Mansilla y Tuñón en su aspecto material. La relación tautológica que Almarcegui ha establecido en varias ocasiones, colocando los materiales de construcción junto al edificio final construido, ha evolucionado en sus últimos trabajos hacia una posición genealógica: los materiales de construcción no se presentan como un material ordenado, casi como estarían justo antes de comenzar la construcción, sino como un material de residuo, tal y como aparecería después de su demolición.

Esta evolución hacia una superposición o contigüidad temporal –el antes y el después de una construcción– dentro de la construcción misma, se ha radicalizado aún más en sus últimas intervenciones, donde sus montañas de materiales de construcción adoptan de por sí una fuerza escultórica sin precedentes en su producción, pero también su destino, derribada sobre el suelo.

Sobre la obra

Los estudios sobre descampados se han convertido en las obras más difundidas de Almarcegui. Consisten en investigaciones, con formato final divulgativo –ya sea en forma de guía, diaporama o relato visual–, sobre estos espacios abandonados que se mantienen al margen de la lógica constructiva y del diseño de la ciudad. Son lugares urbanos que adquieren sentido precisamente dentro de ese tejido, como restos arqueológicos de lo que la ciudad fue antes de construirse, pero también de lo que el espacio urbano puede llegar a ser después de su uso.

En León, el barrio de La Lastra constituyó el ejemplo del boom del sector de la construcción en la capital. La nueva urbanización de esta área, que comprendía bloques de vivienda, una parroquia y una zona ajardinada que enlazaría la ciudad con el área colindante de Puente Castro, al otro lado del río, constituye a día de hoy el reflejo de la crisis que sufre el país.

Salvar, retener y señalar

A lo largo de su carrera, esta artista ha producido estas obras como una forma de salvar, de retener y de señalar estos espacios antes de ser devorados por la especulación. El descampado delimitado por el río Torío hubiese culminado en un parque urbanizado según la planificación que el estudio Ábalos & Herreros realizó para la zona, pero la crisis de la construcción ha detenido el proceso y el descampado es, en este caso, su consecuencia: la crisis ha invertido el proceso habitual.

Por esta especificidad del territorio, haciendo una variante en su trabajo en cuanto al medio utilizado para explicar estos procesos en el espacio urbano, en vez de una guía impresa, Almarcegui presenta en MUSAC una pieza de vídeo. Del mismo modo que realizó con anterioridad en su proyecto sobre el Festival Internacional de Jardines de Liverpool, la narrativa del vídeo le permite, al modo de una visita guiada, articular un relato complejo a través de imágenes y textos, que discurre entre el tiempo histórico y el espacio presente.

La sujeción a un territorio como contexto concreto y la abolición de una temporalidad lineal es lo que une ambos nuevos proyectos de la artista: la actualidad del pasado como genealogía y la comprensión del presente como un futuro posible suponen un ejercicio similar a la superposición simultánea de un edificio y su presentación como futura ruina.

La ciudad y su desarrollo

Lara Almarcegui - Cavar

Lara Almarcegui es una de las artistas españolas con mayor presencia internacional. Residente en Róterdam desde mediados de los 90, sus proyectos tienen como contexto la ciudad contemporánea y sus condiciones de desarrollo. Sus guías de ruinas modernas en Holanda o Borgoña, de descampados urbanos en Londres o São Paulo, sus trabajos con montañas de escombros en Viena o Dijon, o sobre el peso de ciudades como São Paulo, la han llevado a participar en los más importantes eventos internacionales del arte contemporáneo de la última década.

Desde 1999, sus proyectos se han expuesto en el Stedelijk Museum Bureau, Ámsterdam; Witte de With, Róterdam; Bienal de Pontevedra; Bienal de Turín; Centro de Arte Le Grand Café, Saint-Nazaire; Bienal de Liverpool; Index, Estocolmo; De Appel, Ámsterdam; FRAC Bourgogne, Dijon y Konsthalle de Lund. Durante 2006-08 realizó proyectos para la Bienal de São Paulo; Momentum, Festival de Arte Nórdico; Bienal de Sevilla, Proyectos Frieze, Londres; la Galeria Civica de Arte Contemporaneo de Trento, la Bienal de Sharjah, LIAF y la Fundación Sandretto de Torino, la Bienal de Gwanyu o la Bienal de Taipei, y más recientemente en el Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M).

Almarcegui representará a España en la 55 Bienal de Venecia, con un proyecto comisariado por Octavio Zaya, comisario externo del MUSAC.

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