Uantoks, producida por el Museo de la Evolución Humana de Burgos, es un testimonio vivo de, quizás, una de las últimas muestras de sociedades ancladas en tradiciones milenarias que bien podrían asemejarse a las existentes en Europa durante el neolítico y que la Etnoarqueología, disciplina que tiene por objeto ampliar, enriquecer y contrastar, gracias a los estudios de la Etnología, la información obtenida mediante el método arqueológico, se encarga de estudiar.

De esta forma, Saura se propone, mediante la documentación de los ritos y tradiciones de estas tribus, dejar constancia de unas manifestaciones que, por su propia naturaleza, tienen un carácter efímero: tocados de plumas del ave del paraíso o coloridos maquillajes cargados de significado son un patrimonio cultural que, si no es rescatado por la cámara, se perderá.

Entre los fértiles valles y las tierras altas rodeadas de brumas, distintas tribus sobreviven, cada una con su idiosincrasia, a un entorno hostil, pero majestuoso, relacionándose entre sí por una lengua franca: el “pidgin”. Sus hablantes se autodenominan “uantoks”, derivación del inglés “One Talk”, y despliegan un apabullante patrimonio cultural que se manifiesta en objetos tangibles como tocados de plumas y máscaras, representado en esta ocasión por la generosa cesión de materiales de la colección privada de Juan Carlos Rey, y otro inmaterial, pero de igual importancia, transmitido en sus ritos, fiestas y costumbres.

Más allá del interés científico que suscita, la muestra es un regalo para los sentidos donde el color reina. La pericia estética de Saura y la habilidad de los habitantes de esta isla en la elaboración de estos objetos dotan de una belleza innegable a las piezas expuestas.