El Museo de Historia, de acceso gratuito, está instalado desde su fundación en el mismo edificio, el Antiguo Hospicio del Ave María y Santo Rey San Fernando, declarado monumento histórico-artístico desde 1919. Fue construido entre 1721 y 1726 por el arquitecto Pedro de Ribera, autor de la célebre portada y la fachada principal de la calle Fuencarral. El conjunto, considerado una obra maestra del barroco madrileño, es uno de los edificios más conocidos del centro histórico de la ciudad.

En el año 2000 se puso en marcha el proyecto de reforma del antiguo Museo Municipal -la más importante intervención arquitectónica desde su fundación-, que ha permitido rehabilitar el edificio, renovar sus instalaciones y adecuar y ordenar sus espacios creando nuevos núcleos de acogida, de actividades didácticas y de muestras temporales.

La intervención, que se ha desarrollado en tres frases, ha hecho posible que el Museo se haya mantenido abierto parcialmente al público la mayor parte del tiempo en que han transcurrido las obras (2002-2010) y mantenido su actividad en materia de conservación, difusión e investigación.

Al mismo tiempo, el equipo del museo ha abordado la elaboración de un nuevo proyecto museológico, reestructurando sus colecciones para, desde éstas, plantear un nuevo discurso de la exposición permanente de carácter innovador que permita mostrar la evolución urbanística, histórica y social de Madrid.

La intervención realizada incluye la ampliación en el patio, configurado como nuevo eje de la visita, y que incorpora una superficie útil aproximada de 2.100 metros cuadrados.

La colección

El Museo de Historia (antiguo Museo Municipal) ha sido y es el Museo de la ciudad de Madrid en su doble papel de memoria y testigo activo de su evolución en el tiempo.

Este recorrido está sustentado en las colecciones que posee: pinturas, estampas, dibujos, fotografías y postales, porcelanas, abanicos, entre otros, que muestran la evolución histórica y urbanística de la ciudad, las artes, la vida cotidiana y las costumbres de los madrileños.

Entre las obras maestras que se pueden admirar en el Museo figuran la colección de Porcelana del Buen Retiro, la colección de cartografía histórica, una importante representación de la escuela pictórica madrileña del siglo XVII, la Alegoría de la Villa de Madrid, de Francisco de Goya; el Modelo de Madrid, de León Gil de Palacio; el conjunto de la casa de Ramón de Mesonero Romanos, los objetos del taller del artista José Gutiérrez Solana o la colección de fotografías históricas, entre otras piezas únicas.

Además del Archivo de la Villa de Madrid, la exposición se nutre de piezas aportadas por otras instituciones, como el Museo Nacional del Prado, el Museo Arqueológico Nacional, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y el Ministerio de Defensa.

El nuevo Museo de Historia es también el principal centro de documentación de la memoria de la ciudad, en el que se está llevando a cabo la digitalización y el catálogo informatizado para que sus fondos puedan ser vistos desde cualquier lugar del mundo.

Tres grandes áreas temáticas

De acuerdo con estos límites cronológicos, el discurso expositivo se ha articulado en tres grandes áreas temáticas:

  • Madrid, Villa, Corte y capital de dos mundos. Comprende desde el establecimiento de la Corte hasta el siglo XVIII y muestra la ciudad del Antiguo Régimen como centro decisorio del imperio de los Austrias.
  • Madrid, Centro ilustrado del poder. Abarca todo el siglo XVIII hasta la Guerra de Independencia. La nueva dinastía de los Borbones introduce importantes cambios en el modo de gobierno y trata de transformar la ciudad en un escenario áulico mediante la ejecución de grandes operaciones urbanísticas.
  • Madrid, El sueño de una ciudad nueva. Acoge el siglo XIX hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial. Se centra en los cambios que se producen con la llegada de la Revolución Industrial y su incidencia en la ciudad, que refuerza su perfil urbano, llegando a convertirse en una gran capital europea.