En 1576, la Officina Plantiniana de la famosa familia de impresores Plantino-Moretus se mudó al Vrijdagmarkt del centro histórico de Amberes. Trescientos años después, la familia vendió la casa a la ciudad belga, que decidió abrirla al público en 1877 como museo para mostrar su excepcional colección de material tipográfico. No solamente incluye las dos prensas más antiguas del mundo y un juego completo de troqueles y matrices, sino que cuenta con una extensa biblioteca, un interior ricamente decorado y los archivos completos de la Imprenta Plantin.

En 2005, la UNESCO lo incluyó en su lista de Patrimonios Mundiales, convirtiéndose así en el primer y único museo del mundo que ostenta un puesto en la prestigiosa lista, que pasó a engrosar junto a monumentos tan icónicos como el Taj Mahal, la Acrópolis o el Gran Cañón.

En 2008 se puso en marcha un concurso para diseñar las dos nuevas estancias que ya han abierto sus puertas al público. La firma belga NoAarchitecten se alzó como la elegida y se puso manos a la obras para alumbrar un edificio nuevo con un depósito que se valiera de las nuevas tecnologías para potenciar la preservación, como el control óptimo de temperatura, y una sala de lectura al nivel de la calle de cara a la Heilige Geeststraat.

La fachada de madera del nuevo edificio ha sido diseñada por el artista Benoît van Innis, que se inspiró en las cajas tipográficas de las viejas imprentas, combinándolas con el estilo de las fachadas neorrenacentistas del complejo Plantino-Moretus.

Nueva disposición

Museo Plantino-Moretus.La disposición del museo también ha sufrido un cambio, adquiriendo una organización más narrativa que apoya individualmente los conceptos de difusión del conocimiento, innovación tecnológica, emprendimiento y la vida de la familia Plantino-Moretus a lo largo de los siglos.

Las antiguas salas cobran un nuevo perfil, recreando con más eficacia la atmósfera de las áreas históricas. Los temas, incluyendo los trabajos científicos y religiosos, así como la cartografía, siguen siendo capitales, por lo que se remarca diferentes aspectos de los mismos a través de puntos de vista alternativos.

Las obras más valiosas de la colección serán reemplazadas con una mayor regularidad, almacenándose en el depósito mientras no sean exhibidas, para dar al público la oportunidad de admirar la mayor variedad posible de piezas que alberga la colección del centro.

La construcción del nuevo depósito y la renovada disposición del centro permite, además, liberar espacio para más exposiciones y otras facilidades, como nuevas zonas de trabajo para grupos e instituciones educativas.

¿Quiere visitar el Museo Plantino-Moretus?

 

Christophe Plantin, fundador de la saga

Christophe Plantin. De Taller de Peter Paul Rubens. http://perso.wanadoo.fr/college.jules-romains/saintavertin/cplantin/christo3.htm, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=36457

Christophe Plantin. De Taller de Peter Paul Rubens.

Tipógrafo, editor y librero, Christophe Plantin (Christophorus Plantinus en latín y Cristóbal Plantino en español) nació cerca de Tours, en 1514, y murió en Amberes, en 1589. Fue aprendiz en Caen en la imprenta de Robert Macé, y aprendió también encuadernación en ésta y en otras ciudades de Francia. En 1549 se estableció en Amberes como encuadernador y empezó a trabajar como tipógrafo en 1555.

Cuando llegó a Amberes –por entonces territorio de la Monarquía Hispánica– sus encuadernaciones, sus trabajos de marroquinería y grabado superaban todo lo que se hacía en los Países Bajos. En 1567 tuvo que salir de la ciudad por problemas con la justicia y abrió una librería en París, en la rue Saint Jacques. En 1583 Wilhelm Silvin le cedió la imprenta de la Universidad de Leiden, que Plantino dirigió durante tres años, y donde le sucedió su yerno Raphalengius, casado con su hija Madeleine, y más tarde su nieto Christoph Beys.

Sabio y célebre impresor, tuvo mucho éxito con sus negocios en Amberes. Hizo grandes gastos para procurarse los más bellos caracteres de imprenta y los correctores más cultos. Formó una excelente biblioteca, admiración de sus visitantes. Reunió grandes riquezas, que invirtió en honrar las ciencias y ayudar a los sabios. Su reputación como impresor no fue mayor que la que tuvo como hombre de letras. Llevó a la perfección el arte de la imprenta. Su casa era considerada como uno de los monumentos de la ciudad y una de las maravillas de Europa.

Tres de sus hijas se casaron con impresores: Raphalengius ejerció en Leiden, Moretus en Amberes y Bey en París. Contemporáneo de Aldo y Estienne, fue considerado el primer impresor de su tiempo. Reunió talleres notables de grabado en cobre y en madera. Encargó al docto Arias Montano dirigir una nueva edición de la Biblia políglota de Alcalá, de la que hizo encuadernar 12 ejemplares en vitela para Felipe II, que le nombró Prototypographus regius en1575, y le encargó de la inspección de la imprenta en los Países Bajos. Sus prefacios a los autores latinos prueban su erudición. Su casa era atracción de los sabios también por las facilidades que encontraban para imprimir sus obras. Tuvo correctores eminentes.

Sus obras se distinguen por su corrección y elegancia. Su marca es una viñeta xilográfica que representa una mano saliendo de una nube y trazando un círculo con un compás, el célebre compás de oro, con el lema «Labore et constantia».

Imprimió obras de Justo Lipsio, de Ortelius y muchos otros sabios. Imprimió su propio catálogo, en Amberes, en 1584. La empresa tipográfica plantiniana duró más de tres siglos. En 1875 un descendiente de su yerno, Jacinto Moretus, cedió a la ciudad de Amberes todo el material de la oficina, con lo que se creó en su casa el Museo Plantin-Moretus, que sigue siendo de interés universal.

Museo Plantino-Moretus