La muestra, que inicialmente se clausuraba a finales del mes de marzo, fue prorrogada a partir del 19 mayo con una segunda adaptación. La primera versión recibió cerca de 200.000 visitantes, y la nueva cifra confirma la gran acogida que está teniendo por parte del público.

En el nuevo planteamiento, la exposición continúa resaltando el mecenazgo del Rey, y la estética y significación de las residencias reales españolas durante los años que marcan la transición del Rococó al Neoclasicismo, al tiempo que se introducen nuevos temas, como las exequias y elogios fúnebres dedicados al monarca.

Comisariada por Pilar Benito, Javier Jordán de Urríes y José Luis Sancho, esta muestra está formada por obras destacadas y programas decorativos que desde el siglo XVIII no se podían contemplar de manera conjunta. El Retrato de Carlos III, pintado por Mengs y regalado por el monarca a Federico V de Dinamarca en 1765, ocupa un lugar preminente en el retrato expositivo.

La muestra reúne el conjunto de las Cinco Vistas de Nápoles realizadas por Pietro Fabris, el programa pictórico del dormitorio de Carlos III, así como decoraciones únicas como la Pieza de Comer del Palacio Real de El Pardo, y la tapicería y mobiliario del dormitorio de Carlos III.

El discurso expositivo se estructura en las siguientes secciones: Carlos III en Nápoles; El Real Dormitorio de Carlos III; Los tipos Populares de Lorenzo Tiépolo; La religiosidad del Rey; El Rey “de monte en monte”; Chinoisseries; El obrador de marfiles del Buen Retiro; Carlos III y los talleres reales; La muerte del Rey; y finaliza con Exequias y elogios.