Célebre por sus retratos de meticuloso realismo, fue un verdadero innovador. Con la precisión de su mirada y su forma natural de plasmar la realidad, el uso del color y el dominio del óleo, Van Eyck llevó la pintura a una cima hasta entonces no conocida.

Fue, además, uno de los primeros pintores en labrarse una identidad creativa más allá del trabajo artesano. Firmaba sus cuadros –algo inusual en la época– e incluso tenía su propio lema: “als ich kan” (“lo mejor que pueda”).

Su creación más célebre es el políptico La Adoración del Cordero Místico. Este retablo ocupa un lugar destacado en los libros de historia, pero no sólo por su excepcional calidad, sino porque ha sido una de las obras de arte más ‘sufridas’ de todos los tiempos. Ha sido víctima de incendios, agresiones y siete robos, de hecho uno de sus paneles sigue en paradero desconocido.

Vicisitudes

Recordemos solo cuatro de esas peripecias. 1566. Furia iconoclasta. La obra se separa y oculta en la torre de la catedral para evitar su destrucción. 1794. Las tropas napoleónicas irrumpen en el tempo y se llevan a París las tablas centrales de la obra. Luis XVIII las devuelve en señal de agradecimiento a la ciudad que le ofreció refugio. 1934. Dos paneles del retablo, el de Los jueces justos y el de San Juan Bautista, son robados. Esta última tabla aparece, pero a día de hoy sigue sin conocerse el paradero de los Los jueces Justos. 1945. Los Monuments Men, una inusual unidad del ejército aliado que devolvió a sus legítimos propietarios algunas de las obras de arte más importantes de la historia, expoliadas por los alemanes, devuelven a Gante el retablo. 

Lt. Daniel J. Kern and German conservator Karl Sieber examining Jan van Eyck’s Adoration of the Mystic Lamb, also known as the Ghent Altarpiece (1432). Thomas Carr Howe papers, Archives of American Art, Smithsonian Institution.
Lt. Daniel J. Kern and German conservator Karl Sieber examining Jan van Eyck’s Adoration of the Mystic Lamb, also known as the Ghent Altarpiece (1432). Thomas Carr Howe papers, Archives of American Art, Smithsonian Institution.

Pero aunque la figura de Jan van Eyck se asocia sobre todo con Gante, también está estrechamente vinculada con otra ciudad flamenca, Brujas, situada a apenas cincuenta kilómetros, donde tuvo su taller y pasó gran parte de su vida.

Exposiciones sobre Van Eyck y los Primitivos Flamencos en Brujas:

Los Primitivos Flamencos en Brujas

Jan Van Eyck in Bruges, en el Groeningemuseum

Memling now, en el Sint-Janshospitaal

Y en Bruselas… Eyckons en BOZAR

Los Primitivos Flamencos

El arte realizado en los Países Bajos del Sur en el siglo XV y el comienzo del XVI cambió la historia para siempre. Grandes pintores como Rogier van der Weyden, Hans Memling, Dieric Bouts o Jan van Eyck vivieron y trabajaron en ciudades como Amberes, Brujas, Gante, Lovaina o Bruselas.

Gracias a su dominio de la pintura y a su detallismo propulsaron el arte de la pintura a niveles jamás vistos. Fue una época en que los encargos no solo procedían de la corte o la iglesia, sino también de las propias ciudades y sus habitantes. Por vez primera, los pintores ocupaban un lugar prominente en la sociedad.

Su legado se puede admirar en museos de toda Flandes. Los más importantes son los Museos Reales de Bellas Artes de Amberes y Bruselas, el Museo Groeninge en Brujas, el Museo de Bellas Artes de Gante, el Mayer van den Bergh de Amberes y el Sint-Janshospitaal de Brujas.


Para saber más…

– Van Eyck, una revolución óptica

– Sim­bo­lis­mo omnipresente

– Tributo digital a Van Eyck