Hijo de un peletero parisino, educado en el seno de una familia judía, Berri (Claude Berel Langmann) llegó a interpretar como actor papeles de relativa envergadura y trabajó en cerca de medio centenar de películas. El éxito de su primera película como director, Le poulet (1962), cambió definitivamente su carrera. Dirigió una veintena larga de filmes, entre los que se encuentran grandes éxitos nacionales, como Chao, payaso (1983), Jean de Florette (1986) y Germinal (1993). Berri hizo un cine dirigido al gran público, con una ambición constante por la calidad y la adaptación de grandes obras maestras de la literatura gala.

Coleccionista de arte desde los años 1970, amante del arte contemporáneo y de la fotografía, con una predilección por el pintor norteamericano Robert Ryman, abrió en marzo pasado en París el Espace Claude Berri, dedicado al arte. "No sé que más puedo aprender en el cine, pero en la pintura aprendo cada día", dijo en 2003.