Alain Touraine (Hermanville-sur-Mer, Francia, 1925) se graduó en Historia en 1950 en la Escuela Superior de París. Completó su formación académica en las universidades estadounidenses de Rockefeller y Harvard. En 1956 fundó el Centro de Investigación para la Sociología del Trabajo en la Universidad de Chile y en 1958 el Taller de Sociología Industrial de París, que en 1970 pasó a denominarse Centro para el Estudio de los Movimientos Sociales. Ha sido investigador en el Consejo Nacional de Investigación de Francia hasta 1958. En 1960 se doctoró en Letras y fue profesor de Literatura en la Universidad de París-Nanterre (1966-1969). Conocido como el creador del término “sociedad post-industrial”, en 1981 fundó el Centro de Análisis de Intervención Sociológica, que dirigió hasta 1993. Actualmente es director de Estudios de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París.

La sociología de la acción es el tema central del trabajo de Touraine. Sus primeras investigaciones se dirigieron al estudio de la sociología del trabajo y la conciencia laboral, para centrarse más adelante en el análisis de los movimientos sociales, desde los hechos de Mayo del 68 hasta los alzamientos militares en Iberoamérica. Sus tesis más recientes se refieren al individuo como agente de los movimientos sociales, corrientes sobre las que ha escrito profusamente a lo largo de su carrera. Fuerte opositor a las políticas neoliberales de la década de los 90, aboga por impulsar un nuevo movimiento social frente a la globalización, que en su opinión fragmenta a la sociedad y fomenta el individualismo, y subordinar este fenómeno al desarrollo de los derechos humanos.

Zygmunt Bauman (Poznań, Polonia, 1925), de nacionalidad británica, se trasladó a la URSS con su familia, de origen judío, a comienzos de la II Guerra Mundial. Terminado el conflicto, regresó a Polonia y ejerció la docencia en la Universidad de Varsovia, hasta que en 1968 se exilió de nuevo por razones políticas. Durante unos años vivió en Israel y fue profesor en la Universidad de Tel Aviv hasta 1970. Ha impartido clases en universidades de Estados Unidos, Australia y Canadá y es profesor emérito de Sociología de la Universidad de Leeds (Reino Unido).

Su análisis de los vínculos entre la modernidad, el nazismo y el comunismo posmoderno le han otorgado un gran reconocimiento internacional. Ha contribuido al desarrollo de las ciencias sociales mediante la creación de conceptos como la “teoría de la modernidad líquida”, que define los tiempos actuales como una era de cambio y movimiento constante, en la que el hombre está huérfano de referencias consistentes y los conceptos son más inestables que nunca. Las teorías de Bauman han ejercido una gran influencia en los movimientos antiglobalización.

 

Premiar la labor creadora

Los Premios Príncipe de Asturias están destinados, según los
Estatutos de la Fundación, a galardonar “la labor científica, técnica,
cultural, social y humana realizada por personas, equipos de trabajo o
instituciones en el ámbito internacional”. Dentro de este espíritu, el
Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades “será
concedido a la persona, institución, grupo de personas o instituciones
cuya labor creadora o de investigación represente una aportación
relevante a la cultura universal en esos campos”.

En esta edición concurrían un total de 23 candidaturas procedentes de
Colombia, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Líbano, Marruecos,
México, Polonia, Reino Unido, Uruguay, Venezuela y España.

Este ha sido el tercero de los ocho Premios Príncipe de Asturias que
se conceden este año, en que cumplen su trigésima edición. Anteriormente
fueron otorgados el Premio Príncipe de Asturias de las Artes al
escultor estadounidense Richard Serra y el Premio Príncipe de Asturias
de Ciencias Sociales al equipo arqueológico de los Guerreros de Xi’an.
En las próximas semanas se fallarán los correspondientes a (por orden)
Investigación Científica y Técnica, Letras y Cooperación Internacional.
Los Premios Príncipe de Asturias de los Deportes y de la Concordia se
fallarán el próximo mes de septiembre.

Cada uno de los Premios Príncipe de Asturias, concedidos por
primera vez en 1981, está dotado con cincuenta mil euros, la escultura
creada y donada expresamente por Joan Miró para estos galardones, un
diploma y una insignia acreditativos. Los galardones serán entregados en
otoño en Oviedo, en un solemne acto presidido por el Príncipe de
Asturias.