«No es televisión. Es HBO». Así se promocionaba uno de los titanes de la producción ficcional televisiva, un faro para tantas cadenas que no quisieron conformarse con poco. Toda una declaración de intenciones y quizá la mejor definición del estatus de excelencia que han alcanzado las series contemporáneas. «Creo que el origen de este aumento de calidad que vivimos es el hecho de que al guionista por fin se le ha considerado autor, y como autor se le ha dado la libertad de crear obras de arte y no productos de entretenimiento con una vocación únicamente comercial», explica De la Torre. «Ahora las series tienen vocación artística».

El concepto de autor es el eje central del ensayo que abre Series de culto. «Me interesaba explorar y explicar a los lectores cuál había sido el camino de los guionistas para ser considerados autores», dice el crítico. Para ello, De la Torre nos lleva a los años cincuenta para contarnos la historia de los pioneros de la autoría de la ficción televisiva, gente como Rod Serling y Reginald Rose, que intentaban en vano ser considerados autores. A partir de ese momento, el libro avanza por momentos puntuales de la historia de la televisión hasta llegar a la época en la que el autor se consolida.

¿Estamos entonces en la era del autor? «Es de las pocas cosas que se pueden decir tranquilamente sobre el momento que vivimos con las series». Hemos alcanzado un punto esplendoroso, pero «calificar el momento actual como la Edad de Oro, como si todo lo que se hubiera hecho antes de Los Soprano no valiera para nada, es injusto». Sin embargo, lo que está claro es que el autor ha conseguido hacerse con un papel relevante en la industria e incluso para el espectador, que ya sabe quién está detrás de las series. «Algunos son incluso rockstars«, bromea De la Torre, poniendo como ejemplo a J.J. Abrams, mente detrás de series como Perdidos, Alias y Fringe.

Desde luego, en Estados Unidos el espectador ya se hace una idea de quién hace las series, pero en España estamos empezando a ser conscientes poco a poco. De la Torre pone ejemplos como Pau Freixas y Javier Olivares, nombres que el público español va asociando a series como Pulseras rojas e Isabel. Una transición lenta que tiene que llegar necesariamente a nuestro país. Sin embargo, el catalán opina que el gran cambio que tiene que suceder en la ficción española es «la creación de un espacio estable que apueste por la serie de autor y no con criterios comerciales». Hubo intentos que desgraciadamente no crearon escuela, como las tres producciones propias de Canal+ España: ¿Qué fue de Jorge Sanz?, Crematorio y Falcón (esta última, una coproducción).

«Internet ha llegado y no se va a ir»

Teniendo entre manos tantos ejemplos de series de calidad no es difícil reabrir el viejo debate de si las cadenas deben dar al público productos fácilmente consumibles o series más enriquecedoras. El crítico considera que los canales privados «tienen que hacer lo que consideren porque son empresas y tienen criterios que se basan en lo que el empresario que esté detrás quiera», pero cuestiona si las cadenas públicas deben acercarse a los criterios de las privadas cuando se les presupone unos compromisos sociales, unos valores.

«El modelo de la televisión tradicional tal como lo conocemos está muerto», anuncia De la Torre. «Internet ha llegado y no se va a ir». La red se ha consolidado ya como una vía idónea para dar salida a las series. No hay más que ver la cantidad de plataformas que distribuyen ficción propia. Desde las creadas específicamente para ello, como Netflix, a los servicios web que crean una división de distribución, como Amazon y Yahoo. ¿El motivo del éxito? Que Internet no se rige a la rigidez de la parrilla televisiva. Actualmente, el modelo tradicional y el moderno conviven con aparente armonía, pero, como bien dice el crítico, «no hay marcha atrás» para el cambio.

«Internet puede ser una maldición o un beneficio». El feedback del público contemporáneo no puede ser más inmediato. La culpa la tienen las redes sociales, que se erigen como plataformas de crítica y, sobre todo, medidor certero de los gustos de la audiencia. De la Torre pone a este respecto ejemplos como la eliminación de personajes que no habían cuajado entre el público en series como Perdidos y The good wife.

En algunos casos, los guionistas han sido capaces de corregir estos «errores» en cortos espacios de tiempo. Aquello de que el cliente siempre tiene la razón. Aunque hay quien no comulga con la tiranía de la audiencia. «Que le den al espectador medio», llegó a pronunciar David Simon, creador de The wire, una de esas series imprescindibles que en su momento no llegó a contar con el respaldo de la audiencia. Hoy en día, en cambio, cualquier club de seriéfilos exige declarar su amor por ese retrato descarnado y contundente sobre la suciedad de Baltimore. Así de irónico es el mundo de las series de culto.

«Hay que fijarse en el norte de Europa»

En un terreno tan ambiguo, para elegir sus cien series, De la Torre se marcó como criterio «una mezcla entre series de autor que considero que son fundamentales para cualquiera que quiera acercarse al mundo de las series (Los Soprano, A dos metros bajo tierra, The wire, Breaking bad, Twin Peaks)» y otras «que la mayoría de espectadores no conoce y yo como crítico he descubierto porque debido a mi trabajo veo muchas series y llego a lugares a los que el espectador medio no llega porque ve las más populares».

Así, el crítico recomienda series desconocidas para el gran público como la flamenca Salamander o Kampen om tungtvannet, procedente de Noruega. «Ahora hay que fijarse sobre todo en el norte de Europa», recomienda De la Torre. «Está viviendo un momento espectacular porque los canales públicos noruegos, daneses y suecos están haciendo unas apuestas bestiales y Estados Unidos no para de comprar derechos para hacer sus respectivos remakes«. El catalán nos anima a mirar más allá de Estados Unidos y Reino Unido. «Israel lleva años siendo un país a tener en cuenta. Y más cerca de nosotros, Flandes tiene una producción de series muy interesante».

«La antología es el modelo de la crisis económica»

Sorprende que en la lista de series que De la Torre apunta no haya mucho hueco para la comedia. El crítico se justifica argumentando que quizá algún día trate en profundidad el género cómico, tan interesante y mutante. En la actualidad, las sitcoms tradicionales como The Big Bang Theory y Mom conviven con propuestas más alternativas como Broad City y Louie, una lista que no deja de crecer. «Toda esta producción de comedias más alternativas hace tres años no existían. Es un cambio que está sucediendo sobre todo porque en Estados Unidos están naciendo nuevos canales y estos apuestan por ese tipo de comedia, que también tiene su público, pero creo que sigue siendo minoritaria a día de hoy».

Aunque el formato estrella de los últimos tiempos es la antología. Ya saben: esas series con un argumento que abarca una única temporada y que varía, tanto en personajes como en historias, en cada entrega. Casos como las exitosas True detective y American Horror Story confirman la idoneidad de este formato. «Es el modelo de la crisis económica porque, como son historias cerradas de una temporada, si se terminan y no las renuevas, no pasa nada», resume De la Torre. A este argumento, el crítico suma el hecho de que el formato permita reinventar la serie cada año, lo que se traduce en «hacer algo nuevo o relativamente nuevo al año siguiente».

Aunque la antología y la serie clásica pueden coexistir de igual a igual, el catalán piensa que una serie exprime todo su potencial cuando evoluciona con el paso de las temporadas. «Ahí, la experiencia de ver una serie es diferente de la experiencia que puede ser ir al cine a ver una película».

Hay quien dice que el mejor cine se hace ahora en televisión y puede que tengan razón. Lejos quedan los tiempos de la realización funcional y las historias simplonas. Puede que ya la televisión, parafraseando el lema de HBO, no sea televisión. Ese aparato que tienen frente al sofá puede ser un aliado muy interesante en su búsqueda de nuevos retos. Ustedes tienen el mando.

series de culto
Series de culto
Toni de la Torre
Timunmas
256 páginas
15 euros
E-pub: 8,99 euros
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