Fundació Joan Miró–, ha sido completada por un equipo de investigadores y documentalistas que han trabajado bajo la dirección de tres editores: Joan M. Minguet, profesor del Departamento de Arte de la UAB; Teresa Montaner, conservadora de la Fundación Joan Miró, y Joan Santanach, profesor de la Facultad de Filología de la Universidad de Barcelona y coordinador de la Editorial Barcino. La obra constará de dos volúmenes y contendrá un total de más de mil cartas dirigidas a más de cien destinatarios, protagonistas indirectos del libro.

Miró desde el principio

Este primer volumen comprende 488 cartas y postales, muchas de ellas inéditas, escritas entre 1911 y 1945 a amigos, colegas y familiares, es decir, a personas relacionadas con el contexto cultural, social y personal más inmediato de Miró.

La correspondencia, básicamente en catalán, permite seguir su trayectoria desde sus inicios, su marcha a París, las estrategias de los años veinte, el esplendor de los treinta, su exilio y su compromiso durante la guerra, la penuria cultural franquista y su anhelo de retomar con energía la actividad interrumpida por causa de la Segunda Guerra Mundial. Las cartas muestran la faceta más íntima del artista y a un hombre dedicado en cuerpo y alma a su obra, en absoluto ajeno al mundo que le rodea.

Miró, conocido por sus proverbiales silencios, publicó pocos escritos, pero pronto intuyó el valor potencial de las cartas que enviaba: “Me permitiré aconsejarle que guarde estas cartas mías, pues puede que algún día puedan interesarnos”, decía a Josep Francesc Ràfols en 1931 desde París.

Escrupuloso respeto

La edición del Epistolario que ahora se presenta ha respetado escrupulosamente la ortografía y la puntuación de los documentos originales, con ánimo de preservar al máximo la esencia del artista. Las notas, casi un millar, fruto de una extensa investigación, aportan indicaciones históricas, biográficas, bibliográficas y artísticas que contextualizan o aclaran el contenido de las cartas.

Cabe, así mismo, mencionar el esfuerzo por datar las cartas sin ninguna indicación cronológica. Por último, y a diferencia de otros compendios epistolares, se han incluido reproducciones de las obras a las que Miró hace referencia en sus escritos, así como el anverso de las tarjetas postales remitidas por él, cuyas imágenes componen un imaginario visual de la sociedad de la época e indicador de las preferencias o de la intencionalidad del artista.

Por todo ello, el epistolario constituye una fuente de primera mano para el estudio de la obra y la biografía del artista y la sociedad de su momento, de Joan Miró y Cataluña, de Joan Miró y el mundo. Un recorrido apasionante para los estudiosos, pero también para el público en general.