Colin Arthur desarrolló gran parte de su carrera profesional al abrigo del maestro de los efectos especiales Ray Harryhausen, fallecido recientemente. Sobre su relación con el gran valedor de la stop-motion y todas las luces y sombras de su carrera habla en su biografía Colin Arthur. Criaturas, maquillajes y efectos especiales, que saldrá a la venta a mediados de este mes.

«Con Ray Harryhausen desarrollé plenamente mi carrera. Él peleaba su método de trabajo y yo el mío. Pero era una pelea constructiva y amistosa». Así recordaba Arthur en la presentación del libro al que fuera su maestro muchos años. En la obra escrita por Víctor Matellano aparecen anécdotas y curiosidades sobre rodajes en los que participó, como El abominable Dr. Phibes o Conan el bárbaro.

Para los aficionados

A los aficionados al cine y, sobre todo, al género fantástico no les costará reconocer a algunas de las criaturas a las que el arte de Arthur dio vida. El comepiedras de La historia interminable y el cráneo del androide de Alien, el octavo pasajero son ejemplos míticos de su trabajo. No solo ha trabajado en producciones estadounidenses. Directores españoles como Pedro Almodóvar y Alejandro Amenábar han tenido también a su servicio sus técnicas.

Arthur ha reconocido como maestros de los efectos especiales artesanales a Stuart Freeborn, a Ron Cobb, a directores como Sam Peckinpah, o a estrellas como Vincent Price o Peter O’Toole. Y por supuesto a Harryhausen, quien escribió el prólogo al libro un mes antes de fallecer.