El jurado, presidido por la poetisa uruguaya Ida Vitale, ganadora en la pasada edición, ha valorado a la hora del fallo, “una obra poética de honda trascendencia y lúcido lenguaje, siempre innovador. Ha enriquecido tanto la lengua española como la lengua catalana, y representa la pluralidad de la cultura española en una dimensión universal de gran maestría».

El jurado, además de por Ida Vitale, ha estado formado por Sergio Ramírez (galardonado en 2017), Paz Battane, Pablo de Santis, María Luisa Sotelo, Bernal Herrera, Raquel Caleya, Eduardo Lago, Arsenio Escolar, Leticia Amato y Susan Byrne.

Dualidad

Es conocida la condición de arquitecto de Margarit, hasta su jubilación catedrático en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona, algo que se refleja en la estructura de su poesía. Sobre unos cimientos que aparentemente, sólo aparentemente, son livianos, se levanta una obra muy sólida y trabajada.

En Seguridad poema de su libro Cálculo de Estructuras escribe:

“Albañiles al alba encienden fuego

con restos de encofrados.

La vida ha sido un edificio en obras

con el viento en lo alto del andamio,

siempre cara al vacío. Ya se sabe

que quien pone la red no tiene red”.

Esa línea coloquial ha marcado la forma de concebir la poesía de quien refleja, sencilla y profundamente al tiempo, aquello que le rodea, aquello de lo que habla y le preocupa, aquello que ve y siente y le suscita la necesidad de contarlo.

Lo hace el creador que entiende la escritura como un modo de exorcismo frente a “las intemperies” de la vida. Él desbrida esas vitales heridas y al hacerlo nos conmueve.

Como cuanto perdió a su hija de 30 años víctima del síndrome de Rubinstein-Taybe y surgió Joana, un poemario lacerante y luminoso:  

«Veía en todas partes a Joana:

surgía en todas partes la mirada del cuerpo contrahecho

 donde aprendí qué era la belleza».

Reconocimientos

Además del ahora otorgado por el Ministerio de Cultura, Margarit atesora una veintena de premios, entre los que se cuentan el Nacional de Poesía, el Rosalía de Castro, el Jaume Fuster y el último Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, que le fue concedido hace unos meses y que recibirá oficialmente en las próximas semanas.

Todos estos galardones reconocen la aportación a la literatura de unas treinta de obras. Algunos textos ya inscritos en la leyenda de la poesía destinada a perdurar, como Aguafuertes (1995), Estación de Francia (1999), Joana (2002), Calculo de estructuras (2006), Casa de Misericordia (2007), Amar es dónde (2015) o Un invierno fascinante (2017), indistintamente escritos en español y en catalán: “Dos lenguas vitales. Una es materna; la otra es adquirida y la quiero: no voy a renunciar a las dos lenguas, digan lo que digan los políticos”.

Quinto escritor catalán que recibe el Cervantes, tras Juan Marsé, Ana María Matute, Juan Goytisolo y Eduardo Mendoza, Joan Margarit es el primero con una obra plenamente bilingüe.

Como relata el premiado: “Soy hijo de arquitecto y maestra, educado entre el silencio típico de los vencidos tras la Guerra Civil y una educación en castellano”. Su primer libro Cantos para la coral de un hombre sólo (1963)  y los tres siguientes vieron la luz en español. Pero a partir de las recomendaciones del poeta Miquel Martí i Pol comenzó a hacerlo también en catalán publicando L’ombra d’altra mar (1981). Y así, contrapeando una y otra lengua, hasta ahora.

A la hora de la concesión del Cervantes, aunque evita hablar de la situación que se vive en Cataluña, se le escapan algunas frases:  “La labor política no entra en mi poesía que ha de surgir de mirarme a mí mismo y sacar alguna cosa de mí que consuele a una persona que está a 5.000 kilómetros o que le sirva cuando tenga dieciocho, sesenta u ochenta años. Si está bien hecho, en un poema hay mil poemas”. Joan Margarit lo demuestra en cada verso.

Historia del premio

Mediante la concesión de este premio, dotado con 125.000 euros, se rinde anualmente público testimonio de admiración a la figura de un escritor que, con el conjunto de su obra, haya contribuido a enriquecer el legado literario hispánico.

Puede ser galardonado con el Premio Cervantes cualquier autor cuya obra literaria esté escrita totalmente, o en parte esencial, en castellano. Los candidatos al Premio los pueden presentar las Academias de la Lengua Española, los autores premiados en anteriores convocatorias, las instituciones que, por su naturaleza, fines o contenidos, estén vinculadas a la literatura en lengua castellana y los miembros del Jurado.

La relación de los galardonados constituye una clara evidencia de la significación del Premio para la cultura en lengua castellana:

1976. Jorge Guillén

1977. Alejo Carpentier

1978. Dámaso Alonso

1979. Jorge Luis Borges y Gerardo Diego

1980. Juan Carlos Onetti

1981. Octavio Paz

1982. Luis Rosales

1983. Rafael Alberti

1984. Ernesto Sábato

1985. Gonzalo Torrente Ballester

1986. Antonio Buero Vallejo

1987. Carlos Fuentes

1988. Maria Zambrano

1989. Augusto Roa Bastos

1990. Adolfo Bioy Casares

1991. Francisco Ayala

1992. Dulce María Loynaz

1993. Miguel Delibes

1994. Mario Vargas Llosa

1995. Camilo José Cela

1996. José García Nieto

1997. Guillermo Cabrera Infante

1998. José Hierro

1999. Jorge Edwards

2000. Francisco Umbral

2001. Álvaro Mutis

2002. José Jiménez Lozano

2003. Gonzalo Rojas

2004. Rafael Sánchez Ferlosio

2005. Sergio Pitol

2006. Antonio Gamoneda

2007. Juan Gelman

2008. Juan Marsé

2009. José Emilio Pacheco

2010. Ana María Matute

2011. Nicanor Parra

2012. José Manuel Caballero Bonald

2013. Elena Poniatowska

2014. Juan Goytisolo Gay

2015. Fernando del Paso

2016. Eduardo Mendoza

2017. Sergio Ramírez

2018. Ida Vitale