Además, se mantiene el porcentaje de lectores frecuentes por encima del 50%, lo que supone que más de la mitad de la población lee con una frecuencia al menos semanal. El informe elaborado por Conecta para la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), con el patrocinio de CEDRO y en colaboración con el Ministerio de Cultura, apunta que desde 2017 el porcentaje de población que afirma leer por ocio se ha incrementado en 5,8 puntos porcentuales, mientras que el de lectores frecuentes se incrementó en 3,5 puntos.
Como destaca Daniel Fernández, presidente de la FGEE, «en los últimos años, el Barómetro había estado marcado por el fuerte incremento de los índices de lectura que se produjo como consecuencia de la pandemia. Hoy vemos que, además de haberse consolidado esas cifras, se sigue produciendo un crecimiento en el porcentaje de personas que leen en su tiempo libre. Este estudio muestra una tendencia positiva que, sin embargo, también nos debe llevar a redoblar los esfuerzos para reducir ese tercio de la población que sigue sin tener la lectura entre las actividades de ocio».
La encuesta refleja otros aspectos relevantes sobre el hábito lector como son las diferencias existentes entre sexos, tramos de edad, niveles educativos y distribución geográfica. De tal manera que, a grandes rasgos, el perfil del lector tipo en nuestro país es el de una mujer joven con estudios universitarios que vive en un ámbito urbano.
Más en detalle, en 2024 creció el porcentaje de mujeres que lee en su tiempo libre, situándose en el 71,7%. Supera, además, a los hombres en todos los tramos de edad y se incrementa la distancia registrada entre ambos sexos en el último barómetro (12,7 puntos porcentuales frente a 9,3 puntos en 2023).

Además, el estudio contribuye a romper el mito de que los jóvenes no leen. Según sus datos, por edades, la población entre 15 y 24 años sigue siendo la más lectora, alcanzando el 75,3% del total en ese tramo de edad.
También hay otro dato que, año a año, llama la atención y es el fuerte crecimiento experimentado entre la población de mayor edad (más de 65 años). Desde 2017 se ha producido un incremento de 10,6 puntos porcentuales en sus índices de lectura. Estas cifras parecen reflejar el efecto de la incorporación a estos tramos de edad de las generaciones de niños que fueron accediendo a la enseñanza y en ella adquirieron el hábito lector.

Por nivel de estudios, el 84,4% de la población con estudios universitarios se declara lectora. Además, en el último año se registra un incremento en la población con estudios primarios, que pasa del 38,1% al 39,5%. Si comparamos estos datos con los de 2017, en todos los niveles se registraron incrementos, siendo los más destacados los 4,3 puntos porcentuales del nivel de estudios secundarios y los casi cuatro puntos porcentuales del de universitarios.
En cuanto a la distribución por comunidades, seis se encuentran por encima de la media nacional respecto al porcentaje de lectores en tiempo libre: Madrid (72,1%), País Vasco (69,4%), Cataluña (68,9%), Navarra (68,2%), La Rioja (67,3%) y Galicia (66,2%). En el extremo opuesto se sitúan Extremadura (56,7%), Canarias (60,5%) y Cantabria (61%). Más allá de las cifras concretas, prácticamente todas las comunidades mejoran o mantienen sus índices de lectura con respecto al año pasado.
Como es habitual, la lectura infantil continúa siendo muy mayoritaria, con una tendencia al alza en los hogares con menores de seis años cuyos padres les leen libros (un 78% frente al 76% de 2023). El 82,5% de los niños de seis a nueve años leen en su tiempo libre.
Digital y audiolibros
A diferencia de lo ocurrido en años anteriores, el Barómetro refleja un crecimiento de los lectores en formato digital tras unos años de estancamiento. Se incrementa hasta el 31,7% de la población. El E-reader (12,7%), el ordenador (11,1%) y el móvil (10,9%), que también vuelve a crecer tras el estancamiento registrado en años anteriores, son los dispositivos más utilizados.
En cuanto a la forma en la que obtuvieron los libros digitales, un 39,1% señaló que los descargó pagando, lo que supone un incremento con respecto al año anterior y casi 10 puntos desde 2017. El 61,5% afirmó que los descargó gratuitamente y, de estos, el 65,9% de los entrevistados afirmaron saber perfectamente cuando la descarga no es legal.
Además, sigue incrementándose el porcentaje de usuarios de audiolibros, que ya se sitúan en el 7,9% de la población mayor de 14 años, con una mayor proporción entre los más jóvenes.
Con respecto a la compra de libros, el porcentaje de la población que adquirió alguno (no de texto) a lo largo de 2024 se situó en el 53,8%. Desde 2017, el porcentaje de compradores se ha incrementado en 6,5 puntos porcentuales.
La librería tradicional sigue siendo el principal canal de compra de libros no de texto (44% en 2024), seguida de internet (26% en 2024) y de las cadenas de librerías (13% en 2024).

Por último, la asistencia a las bibliotecas se resintió durante la pandemia con un descenso en el número de usuarios como consecuencia de las restricciones. Esta caída no se ha recuperado, si bien en los últimos años se ha ido incrementando. El 28,8% acudió a estas instituciones. Lo que sí sigue creciendo es la valoración que le otorgan los usuarios, que se sitúa en una nota media de 8,3.