La historia de la literatura europea -señala Juan Goytisolo- se estudia generalmente en función de unos ciclos abstractos que los profesionales en el tema explican mediante el recurso a unos sustantivos sonoros transmitidos de generación en generación: Prerrenacimiento, Renacimiento, Barroco, Neoclasicismo, Romanticismo, Simbolismo, Modernismo y toda una serie de derivados de éste, términos fruto de una abstracción que deja de lado el análisis concreto de los escritores encapsulados en ellos. La fórmula es muy cómoda para los profesores de instituto y autores de manuales de divulgación, pero no alcanza a explicar la singularidad de las obras que hoy apreciamos en razón de su modernidad atemporal. ¿Cómo encajar La Celestina de Fernando de Rojas o Gargantúa y Pantagruel de Rabelais en los esquemas renacentistas? La lista de excepciones cuyas obras se inscriben en tierra de nadie, extramuros de unos conceptos altisonantes pero reductivos, sería interminable. En verdad, abarcaría a casi todos los autores que me interesan”. Juan Goytisolo defiende que el “árbol frondoso de la literatura” desconoce cualquier ley. Crece libérrimo, completamente ajeno a las autopsias académicas.

A contracorrriente

Sobre_Belleza sin ley_m.inddBelleza sin ley es un libro de madurez y sabiduría lectora. En él Goytisolo propone aproximaciones inéditas a escritores como Schmidt, Broch, Bulgákov, Gógol o Biely, analiza la relación entre vida y literatura de autores como Céline y Quevedo, elogia la actitud ética de un Cernuda, repasa las relaciones entre literatura y poder comparando la persecución inquisitorial con las prácticas estalinianas en los casos de Bábel y Mandelstam, recupera a autores clásicos como el Diderot de Jacques el fatalista, o se detiene en libros de contemporáneos.

De todo ello se destila un sugerente conjunto que enlaza con esa larga trayectoria ensayística que ha acompañado desde el principio su obra literaria, y que constituye una concepción comprometida y rigurosa de ese bosque de las letras por el que, con su obra, él nos ha ayudado a transitar.

Desde la trilogía formada por Señas de identidad, Don Julián y Juan sin tierra, que le situó entre los mejores autores de la literatura española contemporánea, la obra narrativa de Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) ha derivado en cada nueva singladura hacia territorios inexplorados que cuestionan siempre el género de la ficción. Esta voluntad de ir a contracorriente ha propiciado la gestación de textos tan singulares como Makbara (1980), Las virtudes del pájaro solitario (1988), La cuarentena (1991), La saga de los Marx (1993), El sitio de los sitios (1995), Las semanas del jardín (1997), Carajicomedia (2000), Telón de boca (2003) o El exiliado de aquí y allá (2008).

No obstante, Juan Goytisolo no destaca sólo como autor de ficción, sino que también cultiva con maestría el género del ensayo, con obras como Contra las sagradas formas (2007) o Genet en el Raval (2009).