Vendrían después, entre otros y confirmando textos de mucha altura: La herencia de Estzer, Divorcio en Buda, La extraña, La mujer justa o sus libros de memorias, entre los que Confesiones de un burgués y sus Diarios son obras capitales dentro del género.

Libro por año

Crecían los lectores del escritor húngaro al aire de la cadencia que marcaba la publicación en nuestro idioma de, más o menos, un libro por año. Sus adeptos aumentaban entre quienes buscan literatura de calidad y saben que Centroeuropa ha sido un vivero en el que el húngaro fue en su momento, antes de que se viese obligado a refugiarse en Estados Unidos y sus libros fuesen prohibidos en su país, uno de los estandartes.

Sándor Márai encuentra en lo narrativo marco para dibujar, sutilmente, sin grandes alharacas, con una elegancia inherente a su modo de escribir, los vaivenes de las pasiones. El complejo tejido de las relaciones humanas. La deriva que tantas veces acaba en drama es manejada por el autor fundiendo reflexión, descripción y análisis. Tras asomarnos a cualquiera de sus libros, sabemos algo más de eso que llamamos «alma humana».

Se apaga el sol

Las ediciones en español se multiplicaban. Vieron la luz 13 de sus obras y de pronto, tan sin avisar como en el caso del anciano co-protagonista de El último encuentro, se apagó el sol. Márai dejó de interesar. Las portadas de sus novelas dejaron de ocupar los anaqueles de las librerías y sus propietarios empezaron a notar que Márai «había dejado de vender» o, al menos, «había dejado de hacerlo como antes».

¿Por qué? Misterios guarda la noche, porque su literatura sigue teniendo la misma altura e incluso la última novela del autor publicada en España, Liberación (Salamandra, 2012), es uno de sus textos cardinales.

Intensa Liberación

Escrita entre julio y septiembre de 1945, muy poco después de los hechos que la novela recrea, permaneció inédita hasta el año 2000, cuando se cumplía el centenario del nacimiento del escritor.

Breve e intensa, Liberación nos traslada al Budapest de los días previos a la Navidad de 1944. En ese escenario gris una joven trata de asegurar un nuevo escondite para su padre, un célebre hombre de ciencia, astrónomo y matemático, a quien persiguen, por sus simpatías liberales, la Gestapo y los radicales militantes de La Cruz Flechada.

Tras encontrar un escondrijo subterráneo medianamente seguro y dejar en él a su padre, Erzsébet, la joven, halla refugio en un sótano del otro lado de la calle. Allí permanecerá las cuatro semanas que durará el asedio del Ejército Rojo, que lleva sitiando la ciudad más de un mes.

En ese rincón oscuro de caos y hacinamiento, Erzsébet nunca dejará de creer que llegará la «liberación», que los rusos no tardarán en llegar y que todo cambiará. La madrugada del 19 de enero aparece ante la puerta del refugio el primer ruso, pero nada será como Erzsébet había imaginado.

Escepticismo

Con un ritmo urgente y un tono lapidario de gran dramatismo, Liberación narra la devastación de la guerra y demuestra que Márai, ya en septiembre de 1945, cuando ponía punto final a este lúcido texto, no albergaba ninguna ilusión sobre la nueva época que inauguró en su país la llegada de las tropas rusas.

Tres años más tarde el propio escritor abandonaría su país y cuarenta y cuatro después diría, por propia voluntad, adiós a todo esto.

Volvamos a Márai. Por nuestro bien como lectores y por el de la literatura de calidad, volvamos a su narrativa. Acertaremos con cualquiera de sus obras, pero si se deciden por Liberación comprobarán una vez más que lo importante no es el tema, sino quien lo maneja, y el húngaro, al margen de modas, es un maestro.

 

índiceLiberación

Sándor Márai
Traducción del húngaro de Mária Szijj y J.M. González Trevejo)
Narrativa Salamandra
158 p
14 euros
e-book: 7,99 euros