Además se incluye su biblioteca personal, compuesta por alrededor de 2.000 ejemplares que recopilan ediciones de sus poemarios, sus obras de referencia y libros de algunos de sus amigos, como una copia dedicada de la obra de Vicente Aleixandre La destrucción o el amor.

José Hierro nació en Madrid y pasó su juventud en Santander, donde cursó estudios de perito industrial, interrumpidos en 1936 por la Guerra Civil. Al final de la guerra fue encarcelado hasta 1944. Tras dos años en Valencia, donde participa en las tertulias del Café El Gato Negro, regresó a Santander y comenzó a trabajar como crítico de arte en el diario Alerta, labor que continuará ejerciendo en otros medios de comunicación como Radio Nacional de España y Arriba.

Dirigió las publicaciones de la Cámara de Comercio y de la Cámara Sindical Agraria hasta 1952, año en el que se instaló definitivamente en Madrid, donde fundó la revista Proel y reanudó su carrera de escritor. Trabajó en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y en la Editora Nacional. Además colaboró en las revistas poéticas Corcel, Espadaña, Garcilaso, Juventud creadora, Poesía de España y Poesía Española, entre otras.

Lento y minucioso

Trabajador lento y minucioso, poseía la superstición de no poder escribir en su propia casa, por lo que numerosos cafés de Madrid fueron testigos directos de la creación de su obra. Su trayectoria poética fue laureada con hasta quince premios, llegando a recibir dos veces el Premio Nacional de Poesía (1953 y 1999) y en tres ocasiones el Premio de la Crítica (1958, 1965 y 1998). En 1981 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y en 1998 recibió el premio Cervantes, máximo galardón de la literatura en lengua española.

Perteneciente a la poesía desarraigada de la generación de posguerra, sus primeros versos aparecieron en distintas publicaciones del frente republicano. Su paso por la cárcel marcó de forma indeleble su poesía y cuando reapareció en los años cuarenta con dos libros casi simultáneos lo hizo urgido por un amargo poso autobiográfico, que dota a su poesía de una madurez poco frecuente en poetas jóvenes. Así, en 1947 se publicaron Tierra sin nosotros y Alegría. Este último poemario le otorgó el Premio Adonais.

Otras obras del autor son Con las piedras, con el viento (1950), Quinta del 42 (1953), Cuanto sé de mí (1957), Libro de las alucinaciones (1964), Agenda (1991), Emblemas neurorradiológicos (1995) y, a finales de los años noventa, Cuaderno de Nueva York (1998), considerada esta última una obra maestra contemporánea.

El gesto de la familia de José Hierro permitirá conservar todo su legado y difundirlo, favoreciendo la investigación de la poesía de la generación de la posguerra.