El jurado ha elegido esta obra por la «inteligencia poética manifiesta en el uso ficcional de la poesía, así como una fascinante capacidad para proponer una lectura innovadora del poema. La concepción del libro como arquitectura poética y su apuesta por la tradición de la ruptura se combina con un humor audaz y sorprendente».

Martínez Menéndez se graduó en Filología y actualmente realiza estudios de doctorado en la Universidad de Oviedo. Es autor de los poemarios Fuego cruzado (2014), con el que ganó el XVII Premio de Poesía Joven ‘Antonio Carvajal’ e Hibernia (2017), este último escrito en asturiano.

Participó también en la ‘transcripción’ del libro Principios organizativos del patarrealismo salvaje (2016), rubricado con el heterónimo colectivo de ‘Rinoceronte García’. Forma parte del grupo musical La Bande, con quien ha publicado los discos La llamada del hombre ciervo (2015) y Un cadáver exquisito (2016).

También es coeditor de la revista digital Oculta Lit y ha colaborado en publicaciones como PlayGround, Tentaciones, La Nueva España, Rolling Stone Anáfora.

El premio, concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte, está dotado con 20.000 euros. Su jurado ha estado presidido por Begoña Cerro, subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras, y como vocales han estado presentes Helena González Fernández, por la Real Academia Gallega/Real Academia Galega; Koldobika Josu Bijuesca, por la Real Academia de la Lengua Vasca/Euskaltzaindia; Vicenç Llorca, por el Instituto de Estudios Catalanes/Institut d’Estudis Catalans; Nuria Barrios, por la Asociación Colegial de Escritores (ACE); María Consuelo Candel, por la Asociación Española de Críticos Literarios; Antonio Lucas, por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE); María do Cebreiro Rábade, por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE); Rosa María Aradra, por el Centro de Estudios de Género de la UNED; Vicente Valero, designado por el ministro de Cultura; y Berta García, autora galardonada en el año 2018.

Literatura y morgue

Pensemos en literatura y morgue. Como en esta última, el texto almacena los cuerpos exánimes de las cosas vivas, despojos de su antigua ocupación –la existencia–, para pasar a una fase posterior en la que serán clasificados y procesados. La altura del idioma, con el tiempo, los salvará de la quema o de la sepultación, los sustraerá de la morgue para vivir una vida nueva eternamente prorrogable en el texto.

En esta zona espectral se sitúa el poemario de Martínez: dos espacios, dos planos de realidad, una doble desaparición; los cuerpos fríos de los amantes, cuyo placer ha sido arrebatado por la aflicción de los momentos finales y, en paralelo, una historia de crimen e investigación donde un detective imposible, Fatal Destínez, investiga la desaparición de un cadáver.