«¡Que las rosas ilustren su misteriosa seda / con un fulgor de esencia; / y su vida insondable y sin nombre penetre / más allá de la muerte!». Así dicen unos versos del poema Rosas y libros de Juan Ramón Jiménez, que se convierten en una poderosa invocación en el día de Sant Jordi.

No hay que ir a las librerías para ver libros. En todas partes, en cualquier esquina, en cualquier calle, miles de libros. La arteria principal de la fiesta es La Rambla, repleta de casetas y autores firmando sus últimas obras; pero las librerías de cada barrio también salen a la calle para que la mejor oferta literaria inunde Barcelona.

La tradición catalana del libro y la rosa nació a principios del siglo XX, cuando el Gremio de Libreros y la Cámara Oficial del Libro establecieron esta fecha para conmemorar que el 23 de abril murieron los escritores William Shakespeare, Miguel de Cervantes y Garcilaso de la Vega. Este también es el día en que nacieron, o murieron, escritores reconocidos como Josep Pla, Maurice Druon, K. Laxness, Vladimir Nabokov o Manuel Mejía Vallejo. En 1996, la UNESCO convirtió esta tradición en el Día Internacional del Libro y de los Derechos de Autor.

La leyenda

Hace mucho tiempo, un terrible dragón aterrorizaba a los habitantes de un pueblecito de Cataluña llamado Montblanc. El dragón causaba estragos en la población y devoraba al ganado de la aldea. Para calmar la ira del dragón, los habitantes decidieron que cada día sacrificarían a una persona, escogida por sorteo, y se la ofrecerían como señal de buena voluntad.

Pero un día le tocó a la hija del rey ser sacrificada. Cuando el dragón la iba a devorar, apareció un hermoso caballero para enfrentarse a la bestia. Era Sant Jordi, que le clavó su lanza, y de la sangre del dragón surgió un rosal de rosas rojas. El suyo fue un gesto desinteresado y valiente que cambió lo historia del pueblo y dio nacimiento a la leyenda, pues, desde entonces, en Cataluña es costumbre regalar una rosa a la persona amada. Sant Jordi, patrón de Cataluña desde el siglo XIX, se convirtió en símbolo del territorio catalán con la Renaixença, movimiento político y cultural que recuperó los signos de identidad regionales.

1,5 millones de libros

El Gremio de Libreros de Cataluña prevé vender a lo largo de la jornada 1,5 millones de ejemplares, lo que supondrá una facturación de unos 18 millones de euros, entre el 8 y el 10% del total anual.

Barcelona ha organizado un amplio programa de actividades para celebrar la jornada. Así, el Museu Marès ha previsto un bookcrossing; el Ayuntamiento celebrará una jornada abiertas que permitirá visitar la Escala de Honor, la Galeria Gòtica o el Saló de Cent. La entrada es totalmente gratuita y el acceso al recinto se hará a través de la calle Ciutat, desde las 10.00 hasta las 20.00 horas.