Fue inaugurado el 10 de octubre de 1856, gracias a la iniciativa de la Sociedad Lírico Española, con el objetivo de tener un espacio propio para las interpretaciones de zarzuelas en la capital de España. Sus impulsores fueron consagrados maestros de la época como Francisco Asenjo Barbieri, Rafael Calleja Gómez, Joaquín Gaztambide, Rafael Hernando, José Inzenga, Francisco Salas, Luis Olona o Cristóbal Oudrid, bajo la financiación del banquero Francisco de las Rivas.