Con talla rectangular y 24,78 quilates, la pieza fue la estrella en la subasta de joyas de Sotheby’s celebrada en Ginebra. El comprador, Laurence Graff, un especialista en el comercio de diamantes de Londres, realizó la compra por teléfono.

Piedras muy apreciadas

Los diamantes rosas son muy apreciados por los coleccionistas y profesionales. Aquellos que superan los 20 quilates son de una gran rareza. El subastado es un diamante de tipo IIa, una categoría extremadamente rara que supone menos del 2% de los diamantes catalogados en el mundo.

La piedra fue adquirida al joyero estadounidense Harry Winston, conocido como el «rey de los diamantes», hace 60 años por el vendedor anónimo que acaba de deshacerse de ella.

El diamante, «de un color y de una pureza excepcionales», ha superado todas las expectativas, ya que partía con un precio estimado de entre 20 y 28 millones de euros.

El anterior récord en esta categoría lo tenía el Wittelsbach, un diamante azul del siglo XVII que perteneció a la infanta Teresa Margarita (1651-1673), hija de Felipe IV de España, por el que se pagaron 24,3 millones de dólares en diciembre de 2008 en Christie’s. También entonces fue adquirida por Graff.