Dios se lo pague a usted, realizado en los años anteriores a la Guerra de la Independencia, muestra a un ciego con una guitarra cogido por un toro. Éste es uno de los tres únicos grabados sueltos que Goya dedicó a los ciegos, al margen de las series de La Tauromaquia, Las Copias de cuadros de Velázquez, Los desastres de la Guerra y Los caprichos.
Las otras dos obras en las que Goya se fija en invidentes son El ciego de la guitarra, realizada en torno a 1778, que representa una escena popular relacionada con uno de los cartones para tapices realizados en sus primeros años en la Corte, y El cantor ciego (1824-1828) que pertenece a su etapa final de exilio en Burdeos.



La obra, elaborada con aguatinta y punta seca y con la particularidad de contar todavía con parte de la marca al agua de su primer propietario, no pertenece a ninguna serie concreta de grabados de Goya y se incluye entre las estampas sueltas que el artista realizó a lo largo de su vida. Según la casa de subastas, este tipo de grabados, anteriores a la primera edición impresa por Delatre y publicada en la Gazette des Beaux-Arts en 1867, son “extremadamente raros”. 












