Además, el catálogo de la subasta estaba integrado por fotografías de Agustí Centelles, Clifford, Xavier Ribas, Colita, Pere Catalá, Antoni Arissa, Joan Colom, Laurent, Rudolf Gotsche, Josep Alumá o Ramón Massats, entre otros.
 Las obras, según especifica el BOE, quedarán depositadas en el Ministerio de Cultura hasta su posterior asignación a la colección estable de alguno de los museos de titularidad estatal.

La fotografía más cara de la colección fue Retrato de una bailarina de la escuela bolera (60.000 euros), un daguerrotipo de autor desconocido, mientras que Hungría, 1931, de Henri Cartier-Bresson, alcanzó los 2.000 euros y Milicianos…, de Capa, los 1.600.

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