A lo largo de su carrera, Goya fue juntando sus dibujos en volúmenes. El ladrón de nidos, de 200 x 140 mm, presenta la idea del "cazador cazado", al reflejar los peligros asociados al robo de nidos de águila. Las páginas del Álbum F, que según los expertos se realizó entre 1812 y 1820, fueron numeradas por el propio Goya y la última que se conoce es la 106.

Uno de los nietos del pintor vendió los álbumes al pintor Federico de Madrazo, que decidió deshojarlos para vender una parte e incorporar a su colección los dibujos restantes.

Con el transcurso del tiempo, los dibujos se dispersaron y fueron a parar a colecciones públicas y privadas.