Durante los cinco días que ha durado ARCOmadrid 2011, algunos de los expertos y críticos de arte nacionales e internacionales más reconocidos del mundo han aprovechado para viajar a Madrid, disfrutar de su nuevo proyecto y participar en los encuentros profesionales, debates y diferentes foros que han tenido lugar en la feria de arte más importante de España.
Aprovechando su presencia en Madrid, hoyesarte ha entrevistado a una veintena de especialistas en diferentes áreas del arte (coleccionismo, ferias, bienales, comisariados, museos, gestión, crítica…), como Hans Ulrich Obrist, co-director de la Serpentine Gallery de Londres; Rosa Martínez, directora de la 51 Bienal de Venecia; Ivo Mesquita, curador jefe de la Pinacoteca del Estado de São Paulo y curador de la 28 Bienal de São Paulo; Carlos Urroz, director de ARCOmadrid; Ángel Gabilondo, ministro de Educación; Luis Eduardo Cortés, presidente de IFEMA; Adriano Pedrosa, comisario independiente; Patrizia Sandretto, directora de la Fondazione Sandretto Re Rebaudengo; José María de Francisco, director de ESTAMPA; Borja Baselga, director de la Fundación Banco Santander; Marta Gili, Alexandre Melo, Viktor Misiano, Cuauhtémoc Medina, Massimiliano Gioni, José Ignacio Roca, Daria Pyrkina, Julieta González, Daniela Pérez o Luisa Duarte, entre otros.
Me alegra tremendamente que ARCO haya sido un éxito, especialmente por las ventas , algo que es muy bueno para los artistas y las galerías.
Efectivamente ha sido un ARCO mucho más cómodo y ordenado, lo de no poner la dichosa moqueta maravilloso. Todo esto y la organización se debe al trabajo de Urroz, vaya mi en hora buena.
Pero tal como yo lo he visto, y también pertenezco al sector como la comentarista anterior, sólo hay una palabra que pueda definir a ARCO 11: ABURRIMIENTO.
Me ha parecido todo aburrido y anodino. Ya digo que me alegra el éxito de ventas, pero les echaría en cara a las galerías, especialmente a las extrajeras, la falta de riesgo en sus propuestas y las españolas tampoco es que se hayan arriesgado mucho que digamos.
¡Me encanta la maldad!, algo de razón tiene. Arco, siempre o casi siempre me ha gustado, incluso fui de las pioneras, ¡si! del comienzo, claro, pertenezco al medio. Yo estoy encantada, con las galerias chinas con la japonesa que tenia, cuidadosamente, colgado un Renoir, o es que, se os paso, me gustan las galerias alemanas etc. También he comprado, tampoco os lo voy a decir y vendi....................me gusta Arco.
Pues lleva usted razón. El peligro del arte contemporáneo es la confusión y la tomadura de pelo consiguiente. Yo también he escrito algún comentario sobre el bajo nivel de la feria, nivel artístico, pero como lo que interesa es vender, pues adelante, casi todo vale. He visto una caja de embalaje sin las tapas, solo con su estructura y me pedían 6000 euros, se han pasado mucho, pero si hay quien lo paga, allá ellos. No conviene mezclar arte y mercado hablando de lo mismo, uno se guía por el arte y lo otro por la economía. En los conocimientos, en la cultura, en el interés, en el tema, el fondo y la técnica está el que no te dejes estafar por estos señores comerciantes finos y snob llamados galerístas. He trabajado con ellas (y ellos) y se estilan varios caracteres; llorar mucho para sacar pasta hasta de los rincones, pagar y tratar muy mal a su personal y pegar cuchilladas traperas, bajunas, traidoras y bajonazos varios cuando menos te lo esperas. Y me voy a callar ya, que me caliento y no merecen la pena. Con no comprar lo malo, basta, ese es su mejor castigo.
Me alegro sinceramente que ARCO esta año haya superado las expectativas que se tenían en un año tan difícil. Le tengo un enorme cariño a esta Feria y solo le deseo lo mejor, Sin embargo a mi probablemente ha sido el año que menos me ha gustado ARCO y eso que no falto desde hace 20 años. A medida que recorría diferentes galerías me iba enfadando cada vez mas. Al lado de obras serias, bien pertrechadas, magníficas, se acumulaban otras muchas que a mí paricularmente me hacían hervir la sangre.
Creo que Arco se está convirtiendo en una Feria donce prevalece a quien se le ocurre la mayor genialidad. El resultado son un conjunto de obras muy sobrevaloradas en todos los sentidos, inaprensibles, banales, incomprensibles, estupidas, en ocasiones ridiculas y en algunos casos de una desfachatez asombrosa. Solo pongo un ejemplo la obra de un escultor al parecer con una gran trayectoria en la Galería Juana de Aizpuru que consistía en una estantería de madera de aglomerado como las que encuentras en Carrefour por 40 euros. Pregunte educadamente a una chica joven de la galeria que me comentó que su precio era de 36.000 euros y que era una escultura geométrica. Lo siento pero yo solo conseguía ver una librería de madera chapada. La dos últimas horas de mi estancia en Arco me dediqué a recorrer las galería buscando obras de este tipo y os puedo asegurar que encontre otras muchas que bajo mi punto de vista (como tal personalísimo), eran un claro ejemplo de eso que tanto se estila ahora: obras que buscan el rechazo, la comprensión de solo algunos elegidos, el bluf del momento, una sensación de impacto instantáneo que al final se quedan en nada.
En mi defenasa que conste que tengo una mente abierta a todas las materiales, técnicas, formatos, temáticas y que me gusta que me sorprendan y que me deslumbren con cosas que nunca se habrían podido ocurrir. Comprendo que el arte no tiene que ser acomodaticio y tiene que innovar y porque no, escandalizar, pero reconozco que este año me he visto superado. Para finalizar, pese a todo he comprado dos cosas que me han gustado mucho y que me las callo, una me ha costado una pasta y la otra 500 euros.
¿Quien opina como yo o quien no? ¿Quien le pone el cascabel al gato? Un abrazo.