La localidad murciana de Barranda acoge una de las mayores colecciones de instrumentos de música étnica del mundo y el más importante en su género en Europa, con instrumentos ancestrales como el ‘Ruuhuitú’, de los Yagua de la selva amazónica.
El Director del Museo, el musicólogo Carlos Blanco Fadol, escogió Barranda como sede para mostrar al mundo su propio legado musical recabado en los cinco continentes, porque “en este pequeño pueblo se encuentra la tradición más antigua de música folclórica de España, la fiesta de las cuadrillas que se celebra el último domingo de enero”.
El museo murciano, acoge parte de la inmensa colección de Blanco Fadol, quien desde hace años recibe donaciones de instrumentos, la última el pasado día 12 procedente de Indonesia y consistente en una treintena de xilófonos construidos con bambú, algunos tan voluminosos que no caben en el museo y que conforman la denominada orquesta Jejog que utilizan los habitantes de Bali.
Entre las curiosidades que albergan este centro se encuentran instrumentos de magia y brujería, otros que inducen al estado de trance, y los realizados con huesos y piel humanos como el ‘Kissar’, una especie de guitarra del antiguo Egipto construida con una calavera y cuernos de cérvido.
Piezas únicas
Los instrumentos más espectaculares son el Pinsa-Yu-Pa, proveniente de Myanmar (Birmania), de madera de teca recubierta con finas plaquetas de oro de 24 quilates; el Kentongán Real, del siglo XVIII, un enorme tan-tan de madera flanqueado por cabezas de dragones; el Gamelán, una orquesta de Java donada por el gobierno indonesio que constituye la agrupación instrumental más espectacular conocida y que se ejecuta con una veintena de personas. También está el Gu, un gigantesco tambor chino de casi cuatro metros de altura; el Kentong Kayu, un totem con forma de mujer pariendo que suena percutiendo un abultado vientre con dos percusores, o el vaso llorón mejicano utilizado para velar a los muertos.
Nuevos proyectos en marcha
Otros dos museos están en proyecto ligados al director del museo de Barranda, uno en Hellín (Albacete), cuna del tambor, que se abrirá a final de año, y otro en Uruguay, que albergará la mayor colección de instrumentos de caña y bambú del mundo.