Ha probado –casi siempre con fortuna– los estilos más variados. Nada más distinto a los discos de su primera banda, The Jam, que los que hizo con en su siguiente proyecto, The Style Council. Si con los primeros firmó sus piezas más urgentes y rabiosas, píldoras de pop acelerado como Going Underground o In the city, con los segundos casi se pasa de refinado, con maravillas como Shout to the top.

De 1992 es su primer disco en solitario. El último, el número 14 a su nombre, nos ha llegado hace un par de meses y se titula True meanings. Es más introspectivo y melancólico de lo habitual pero tan disfrutable como casi todo lo que ha escrito el artista mejor vestido del panorama musical.