Cada muñeca trae un grupo más desinhibido, más colorista, más meloso si cabe. De hecho, las últimas muñecas vendrían a ser ya esos conjuntos de peinados circulares, sobredosis de lentejuelas, falsetes para dar y tomar, sonidos embriagadores y coreografías sencillas pero eficaces. Un excursión por Estados Unidos con paradas inevitables en Chicago, Detroit y, claro, Filadelfia. Maromos juntando voces que te elevan a los cielos. Empezamos.

The Great Pretender / The Platters

Son los años cincuenta y el Doo wop es el estilo que había ido colonizando las esquinas de las grandes ciudades, de Nueva York a Los Ángeles, de Chicago a Detroit. La fórmula es sencilla: juego armónicos, letras de amor adolescente, voces capaces de emular instrumentos, el balanceo de un brazo, el chasquido de un dedo… Todavía es un gustazo bucear en la discografía de grupos punteros de aquellos años como The Coasters o The Drifters, con Ben –Stand by me– E. King al frente. Puede que Smoke gets in your eyes o, sobre todo, Only you sean mucho más populares, pero uno siente debilidad por esta tonada que tiene en su haber ser del gusto de Roy Orbison, Sam Cooke o Dolly Parton, que la cantaron alguna vez, y de formar parte de la legendaria banda sonora del American Graffiti de George Lucas.

People Get Ready / The Impressions

Chicago, año 1965. Palabras mayores: la irrupción del falsete, la irrupción de la toma de conciencia de la población negra y la irrupción del talento de Curtis Mayfield para dejarnos una de las mejores canciones de los sesenta, que es decir mucho de un tema de la misma añada que Like a Rolling Stone, My Generation, Unchained Melody,  Stop! In the Name of Love o Satisfaction; o, sin ir más lejos, de The Tracks of my tears, de los Miracles de Smokey Robinson, otro prodigio vocal a la altura de la canción que nos ocupa. Aquí, en People Get Ready, los coros góspel elevan sí, pero sobre todo llevan mensaje, el de los derechos civiles de los afroamericanos. En su Historia de la canción de la protesta, Dorian Lynskey se refiere a Mayfield como “el complemento soul a Martin Luther King”. Un himno político de belleza inmarchitable.

I can’t help my self / The Four Tops

Seguimos en 1965 pero ahora en Detroit, la ciudad que vio nacer el sello Motown, la mayor factoría de pop negro de los sesenta. En su escudería de compositores, un trío de excepción: Lamont Dozier y los hermanos Brian y Edward Holland. Suyas son las canciones más famosas de Diana Ross & The Supremes o de Martha & The Vandellas pero había un tipo por allí que parecía haber nacido para interpretar mejor que nadie las creaciones de aquellos tres reyes magos del soul: Levi Stubbs de los Four Tops. Dramones románticos de tres minutos a los que iba muy la intensidad de la voz de Stubbs. Evitaremos esa pieza maestra, que es Reach out I’ll be there, y nos quedaremos con esta versión en tonos mostaza de I Can’t Help My Self. Para quedarse a vivir dentro del vídeo.

Papa Was a Rolling Stone / The Temptations

Si cuando pensamos en los Temptations de los sesenta nos acordamos del esmirriado tenor y gafapasta David Ruffin cantando My girl, en la década siguiente el tema emblema del grupo será Papa Was a Rolling Stone con Dennis Edwards como solista. Continuamos en Motown, pero el sonido ha cambiado y los trajes empiezan a liberarse del clasicismo. Atención a la exhibición capilar de los seguidores del quinteto vocal que bailan a sus pies. Impagable canción escrita por Norman Whitfield y Barrett Strong.

If you don’t know me by now / Harold Melvin & The Blue Notes

Unos cuantos años antes de que los integrantes del grupo infantil Parchís llenaran de color los platós de la televisión española, ya lo hacían los Blue Notes de Harold Melvin y otros cuantos más pero con los cuellos de la camisa más grandes y los pantalones mucho más apretados. Entramos de lleno en el sonido Filadelfia con una canción,  If you don’t know me by now, compuesta por Kenny Gamble y Leon Huff que, junto con el arreglista Thom Bell, fueron los arquitectos del subgénero más sofisticado y quizá menos valorado del soul. El baladón perfecto para la garganta del gran Teddy Pendergrass. Tal y como lo resumió Luis Lapuente, “el epítome del soul de alcoba, antes de Barry White”.

Back Stabbers / The O’Jays

Seguimos en Filadelfia, en la misma década y con los mismos compositores pero entregados ahora a los O’Jays y al tema que daba título a su gran disco del 72 Back Stabbers. Oriundos de Ohio, lo habían intentado en varias ciudades antes con escaso éxito hasta que recalaron en Filadelfia. Se dejaron los ahorros en trajes de lentejuelas y se hicieron responsables de los primeros éxitos de la discográfica, creada solo un año antes, Philadelphia International Records (PIR). Optar entre Love Train o Back Stabbers es tan difícil como elegir entre papá y mamá. Como dice el presentador del video, los fabulosos O’Jays.

Could It Be I’m Falling In Love / The Spinners

Primos hermanos de los O’Jays son los Spinners, adalides del soul lujurioso que como aquellos también se pirran por las chaquetas menos discretas para auparse al escenario y gustan de los instrumentos de viento y cuerdas para dotar a sus tonadas de la mayor majestuosidad posible; cuantas más arpas, trompas y timbales, mejor. Todo al servicio de un sonido barroco que puede disfrutarse en sus grandes obras de los setenta como Spinners, Mighty Love y Pick of the Litter.

You Make Me Feel Brand New / The Stylistics

Puede que el falsete más famoso de la historia sea propiedad de los Bee Gees, pero eso lo dirán sobre todo quienes no han escuchado nunca al cantante de los Stylistics Russell Tompkins, que en esa faceta roza lo sobrenatural. Su disco del 73, Rockin’ Roll Baby, no tiene desperdicio. El falsete también puede ser adictivo.

Didn’t I / The Delfonics

Pam Grier, la madre de dragones del cine blaxploitation de los primeros setenta, es rescatada veinte años después por Quentin Tarantino para protagonizar Jackie Brown. La vemos descalza y con un albornoz blanco sacar de la funda el vinilo de los Delfonics que incluye Didn’t I (Blow your mind this time) y ponerlo en el tocadiscos. Por raro que parezca no cuesta nada imaginar a un cineasta tan violento como el director de Kill Bill derretido ante esta golosina sofistisoul.

Midnight Train to Georgia / Gladys Knight and The Pips

Por ir acabando, dejaremos de lado grandes cosas de los Jackson 5, The Dells, The Chi-Lites, The Dramatics, Little Anthony & The Imperials,The Moments, Archie Bell & The Drells, Blue Magic o The Persuaders. Cerramos el recorrido con mis coros masculinos favoritos rompiendo la norma de esta selección, porque aquí la voz solista es la de una mujer, Gladys Knight, contando la historia de su chico, que marchó a Los Ángeles para probar suerte como cantante, fracasó y ahora se vuelve con ella en tren a casa. Una historia triste con una declaración de amor incondicional: prefiero vivir en su mundo que vivir sin él en el mío.