La relación del maestro García Calvo con este Teatro se ha ido consolidando desde su debut en 2012 con ¡Ay, amor!, un programa doble que incluía El amor brujo y La vida breve. Desde entonces ha ocupado el foso o el escenario de La Zarzuela para dirigir títulos como la nueva producción de Curro Vargas (2014), con dirección de escena de Graham Vick, que recibió el Premio Campoamor; la recuperación de La tempestad de Ruperto Chapí en versión de concierto en 2017 o Katiuska un año después.

En la presente temporada 2019/2020 asumirá en febrero la dirección de Farinelli en versión de concierto, esperada recuperación de la obra de Tomás Bretón.

Formado en Viena, Guillermo García Calvo debutó a los 25 años como director de ópera en la capital austriaca. Desde entonces su trayectoria internacional se ha ido afianzando hasta convertirse en uno de los directores de orquesta españoles más brillantes y queridos más allá de nuestras fronteras. No en vano, en la actualidad dirige con asiduidad en teatros como la Staatsoper de Viena –con la que mantiene una estrecha relación, habiendo dirigido más de 200 funciones de ópera y ballet–, la Deutsche Oper de Berlín o la Opera de París, donde ha dirigido este año Don Giovanni.

García Calvo es también una de las batutas más requeridas en los teatros y auditorios de España, donde, por poner dos ejemplos, en los últimos meses ha asumido La Gioconda en el Gran Teatre del Liceu, o La tabernera del puerto –producción del propio Teatro de la Zarzuela– en el Palau de Les Arts Reina Sofía de Valencia.

Entre los reconocimientos que ha recibido a lo largo de su carrera, el más reciente es el Premio Ópera XXI que se le ha otorgado este mismo año por la dirección musical de Siegfried en la Ópera de Oviedo.