La arquitectura de RCR, de gran expresividad, está realizada con materiales como el acero cortén, la piedra natural sin desbastar, el hormigón visto y las grandes superficies de vidrio, entre otros. Sus edificios se funden con el paisaje en el que se asientan, desmaterializando los límites entre interior y exterior para conseguir una mayor comunión con la naturaleza.

El jurado del Pritzker ha destacado el valor de la posición en la periferia de RCR, cuyo mensaje para un mundo globalizado, en el que cada vez más individuos temen perder su identidad, es que es posible equilibrar una posición abierta a las influencias preservando lo propio. «De manera bella y poética muestran que, al menos en arquitectura, es posible aspirar a mantener nuestros pies firmes en nuestro lugar y los brazos extendidos hacia el mundo», destaca el fallo del jurado, que continúa así: «Su capacidad para relacionarse intensamente con el entorno específico de cada lugar es una prueba de su profunda integridad. Su labor pone de manifiesto un insobornable compromiso con el lugar y su narrativa, a fin de crear espacios que establezcan un discurso con sus contextos. Armonizando materialidad y transparencia, buscando conexiones entre lo interior y lo exterior, producen una arquitectura emocional y vivencial»,

Entre las obras más destacadas de este estudio con más de 25 años de trayectoria se encuentran el Estadio de Atletismo de Olot, las Bodegas Bell-lloc en Palamós, los Pabellones para el Restaurante Les Cols, en Olot, o la mediateca Waalsekrook, en Gante (Bélgica). También proyectos más recientes como Le Jardin Suspendu (Bruselas) y L’Estuaire en Burdeos (Francia) o las Casas Hashim e Ibrahim en Dubái (Emiratos Árabes), así como el Musée Soulages en Rodez (Francia); esta última recibió en 2015 el Premio de Arquitectura Española Internacional 2015 que concede el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España.

Este galardón fue establecido por la Hyatt Foundation en 1979 y toma su nombre de la familia Pritzker, cuyos negocios proceden de la ciudad de Chicago. El apoyo de esta familia a la educación, actividades culturales, científicas y médicas es muy conocida en EE.UU. El premio fue fundado por Jay A. Pritzker y hoy en día es su hijo mayor, Thomas J. Pritzker, el presidente de la Fundación.

La medalla de bronce que se entrega a los galardonados –junto con 100.000 dólares (71.000 euros)– se basa se los diseños de Louis Sullivan, arquitecto considerado el padre de los rascacielos. En una cara aparece el nombre del premio, y en la otra hay tres palabras inscritas: Firmitas, utilitas, venustas, que se corresponden con los Tres Elementos de la Arquitectura de Henry Wotton en referencia a lo escrito por Vitrubio en sus libros de arquitectura: “El final es construir bien. Las buenas construcciones tienen tres condiciones: solidez, utilidad y belleza”.

El jurado del galardón ha estado formado en esta ocasión por Glenn Murcutt, Stephen Breyer, Yung Ho Chang, Kristin Feireiss, Lord Palumbo, Richard Rogers, Benedetta Tagliabue, Ratan N. Tata y Martha Thorne. La ceremonia de entrega se celebrará en el Palacio Akasaka de Tokio el próximo 20 de mayo.

En 1996, Rafael Moneo se convirtió en el primer español, y hasta ahora único, en conseguir este prestigioso galardón.

Sin límites

En Olot, en el Espai Barberí, las raíces de RCR continúan nutriéndose de vida para afrontar los nuevos proyectos, la necesidad de reinventar cada día su arquitectura y su manera de abordarla. Hay retos, sin embargo, que se mantienen: la búsqueda de una arquitectura desmaterializada, transparente, sin límites, puro espacio en simbiosis con la naturaleza. No es un estudio al uso. Alejado de los tradicionales centros de influencia de la arquitectura española han decidido llevar esta disciplina un paso más allá echando su mirada atrás, al tiempo en que la arquitectura protegía al hombre de las inclemencias de la naturaleza sin romper el vínculo que lo unía a ella. La arquitectura telúrica de RCR parece, de hecho, moldeada por las fuerzas de la naturaleza, arrojada a la superficie desde el interior de la tierra por los volcanes que rodean Olot.