«Relean este libro como pasión, gozo y conocimiento”, señaló Manuel Llorente, presidente del jurado, a lo largo del acto de entrega, celebrado en la Real Casa de Correos de Madrid.

Vargas Llosa, que al recoger el premio destacó la figura de Umbral, añadió:El trabajo de un escritor es un trabajo solitario que nos lleva a confinarnos durante semanas, meses, a veces años, y a trabajar en la incertidumbre. Nunca sabremos de antemano qué suerte correrá aquella novela, aquel ensayo, aquellos poemas u obra de teatro que escribimos en soledad y asilados del resto del mundo. Es por eso que premios como este nos abren como una puerta, como una ventana sobre la significación de nuestro trabajo”.

España Suárez, al felicitar al galardonado, puntualizó: “Enhorabuena por tu libro que tanta luz aporta a la reciente historia latinoamericana. Lo has conseguido con esta novela y tantos otros libros de tu brillante carrera. Espero que por el prestigio ya conseguido por el premio este siga vigente por largo tiempo. Es una manera más de rendir culto a la lengua española”.

Jurado

En la novena edición del Premio Francisco Umbral al Mejor Libro del Año el jurado, presidido por Manuel Llorente, redactor jefe de la sección de Cultura de El Mundo, ha estado integrado por Carlos Aganzo, poeta y director de Relaciones Institucionales de El Norte de Castilla y subdirector de la Fundación Vocento; Juan Cruz, director adjunto de El País; César Antonio Molina, escritor y ex ministro de Cultura; Fernando R. Lafuente, Secretario de Redacción de la Revista de Occidente; Fanny Rubio, escritora y catedrática de Literatura de la UCM, y Santos Sanz Villanueva, crítico y catedrático de Literatura de la UCM.

Las obras ganadoras en las ediciones anteriores fueron Las cuatro esquinas, de Manuel Longares (2011); La cabeza en llamas, de Luis Mateo Díez (2012); En la orilla, de Rafael Chirbes (2013); Réquiem habanero por Fidel, de J.J. Armas Marcelo (2014); Desaprendizajes, de José Manuel Caballero Bonald (2015); Patria, de Fernando Aramburu (2016); Transición, de Santos Juliá (2017), y Sur, de Antonio Soler (2018).

Tiempos recios

Publicada en octubre de 2019, la obra ahora galardonada del Premio Nobel de Literatura 2010 funde la realidad con dos ficciones: la del narrador que libremente recrea personajes y situaciones, y la diseñada por aquellos que quisieron controlar la política y la economía de un continente manipulando su historia.

Tiempos recios nos instala en la Guatemala de 1954. En aquel momento, el golpe militar perpetrado por Carlos Castillo Armas y auspiciado por Estados Unidos a través de la CIA derroca el gobierno de Jacobo Árbenz. Detrás de este acto violento yace una gran mentira que pasó por verdad y que cambió el devenir de América Latina: la acusación por parte del Gobierno de Eisenhower de que Árbenz alentaba la entrada del comunismo soviético en el continente.

Tiempos recios es una historia de conspiraciones internacionales e intereses encontrados en los años de la Guerra Fría, cuyos ecos resuenan hasta la actualidad. Un suceso que involucró a varios países y en el que algunos verdugos acabaron convirtiéndose en víctimas de la misma trama que habían ayudado a construir.