Después de ver sus pinturas animadas, no podemos pasar por alto su trabajo más conocido (y reconocido), en donde dejó aparte sus experimentos con la abstracción y construyó un cuento a base de animación tradicional.

El corto, que ganó tanto en Cannes como en los Oscar, es un alegato humanista contra el egoísmo y la avaricia. Un relato simple; sin pretensiones ni complejos. No esconde su mensaje puro de amor universal (en varios idiomas) y lo hace a mediados del s.XX, cuando la gente se quería quitar el traje de la postguerra.

Norman McLaren inspira como un predicador pero trabaja con la maña de un gran realizador, creando esta animación a partir de imagen real. Una técnica que utilizó Stephen Johnson para el videoclip de Peter Gabriel Sledgehammer.

El videoclip de mediados de los 80 es todo un clásico dentro de este género audiovisual, y fue tan emitido por la MTV que el propio Gabriel pidió que no lo pusieran más. La MTV no le hizo caso.