En la entrada anterior veíamos (y no introducíamos/comentábamos) el corto de Koldo Serra El tren de la bruja (2003), un trabajo de pocos elementos y de una eficiencia pasmosa que logró innumerables premios en innumerables festivales, incluso internacionales. A la ayuda de la historia (en el guión y como cabeza cortada) estuvo Nacho Vigalondo, protagonista de este espacio por el video que acabamos de visualizar.

Nacho tiene en su espalda un cartel que reza “la gran joven promesa del audiovisual español”, pero yo puedo prometer y prometo que lo realizado ya por este cineasta nacido en 1977, es suficiente para superar a muchos de los nacidos antes de los 50. Si no vean su corto nominado a los Oscar “7:35 de la mañana” o mismamente su película debut “Los cronocrímenes”, que le valió una nominación a mejor dirección novel en los Goya de la última edición.

La realización de este corto contó con la plurinterpretación de Carlos Areces y con un Nokia N95, que dejó en ridículo a tantas productoras con HDVs metidas en el fango de lo onírico forzado. El tamaño importa, pero importa más cómo se usa el cacharro.

Y luego también puedes crear otros efectos en la audiencia que distan de lo creado por el cine: