«Un día estaba sentado en una sala enorme de la Academia de Bellas Artes de Pensilvania. Serían las tres de la tarde. Me encontraba a medio pintar un cuadro de un jardín por la noche. Había mucho negro y plantas verdes que emergían de la oscuridad. De pronto, las plantas empezaron a moverse y oí el viento. ¡No iba drogado! Pensé que aquello era fantástico y comencé a preguntarme si el cine podía ser un modo de dar movimiento a la pintura». (David Lynch)

El cortometraje de arriba fue su segundo trabajo como cineasta. Aunque todavía haya bastante protagonismo de la pintura, poco a poco Lynch se sintió enamorado del medio cinematográfico tradicional.

Sin embargo hubo muchos que aplicaron la pintura al cine de forma radical (es decir literal) incluso antes de que el pequeño David correteara por los bosques de Montana. Norman McLaren, indiscutible genio de la animación, practicó el arte audiovisual durante toda su vida abarcando más de medio siglo de innovación constante.

En este experimento de 1949, pinta esta “fantasía en colores” a ritmo del trío de Oscar Peterson. La copia youtube no le hace justicia, pero el original debe ser impresionante. Sin duda una de las piezas diminutas más increíbles del siglo XX.