Mingchao, director de la galería Xinhe en Xiamen (provincia de Fujian, sureste de China), ha afirmado también que "llevó a cabo esa oferta representando a todo el pueblo chino", sin aclarar si lo había hecho en nombre del Fondo Nacional de Tesoros, institución bajo el control del Ministerio de Cultura encargada de recuperar las piezas del patrimonio chino expoliado.

Saqueo occidental

La polémica por la venta de estas reliquias de bronce del siglo XVIII, saqueadas hace más de siglo y medio del palacio estival de los emperadores chinos, comenzó cuando China trató de evitar por todos los medios legales que formaran parte de la subasta. El comprador, entonces anónimo, que pujó por vía telefónica y se adjudicó las esculturas por 15,7 millones de euros cada una, dice que no pagará nada por ellas y, además, ha asegurado que "cualquier chino se habría plantado de la forma en que lo hice yo".

"Yo sólo estaba cumpliendo con mi obligación", señaló. La Administración Estatal de Patrimonio Cultural (SACH) señaló que la subasta había "dañado los derechos culturales y herido los sentimientos del pueblo chino" y "tendrá consecuencias serias en el desarrollo de Christie’s en China".

Mientras que otros países optan por pujar en las subastas para recuperar obras, China se había negado de forma sistemática a adoptar la misma práctica por considerarlo denigrante.