En la exposición destaca una de sus obras más conocidas, El martirio de San Andrés, realizada para el Colegio de Santo Tomás de Aquino de Sevilla, que en la actualidad se conserva en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, y La venida del Espíritu Santo, hoy en el mismo museo y realizadas para la Iglesia de la Merced de Sanlúcar de Barrameda.

Breve biografía

A través de la figura de Roelas se puede llegar al ambiente sevillano del primer tercio del siglo XVII, pues introdujo en él los nuevos gustos estéticos que tantos clientes le posibilitaría durante su periodo creativo sevillano.

Roelas fue hijo del general de la Armada Pedro de Roelas y compatibilizó su actividad pictórica con su cargo eclesiástico de capellán pero, aunque sus características técnicas y estilísticas lo revelan, apenas se conocen datos de los orígenes italianos de su formación.

Se le ha situado en 1598 en Valladolid, donde debió permanecer hasta que en 1603 ocupó la Capellanía de Olivares en Sevilla, participando en el túmulo levantado en la universidad de esta ciudad con motivo de las honras fúnebres de Felipe III. Tres años después se encontrará trabajando para el Duque de Lerma en la Iglesia de San Pablo de Valladolid.

Itinerario vital

En 1604 se conoce que Roelas se encargaba de las pinturas del retablo mayor de la Casa Profesa de los jesuitas de Sevilla, mientras que en 1611 se estableció en esta ciudad donde habría de pasar a la corte madrileña y donde contactó con el Duque de Medina Sidonia, para quien realizó el retablo mayor de la Iglesia de la Merced en Sanlúcar de Barrameda.

Más tarde, dejará Madrid para trasladarse de nuevo a Olivares desde donde realizará, en 1624, las pinturas de los retablos laterales de la Iglesia de la Merced de Sanlúcar. Poco después, en mayo de 1625, moría, siendo enterrado en la Iglesia Colegial de Olivares.