La muestra, para la que se ha recopilado abundante material documental, obras significativas de los dos artistas y de multitud de creadores de vanguardia europeos, hasta alcanzar las más de 300 piezas, no sólo pretende reconstruir la controvertida relación intelectual, personal y artística entre Lorca y Dalí, también ofrece una visión trasversal e internacional de las vanguardias que influyeron en ambos, desde el cubismo al futurismo, pasando por el purismo, el maquinismo, la objetividad o el surrealismo.

Intensa amistad

Es en el otoño de 1922 cuando Dalí se traslada a la institución madrileña para estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En aquel momento, Lorca, que había llegado a la institución tres años antes, se encontraba en Granada preparándose para terminar la carrera de Derecho. No será hasta principios de 1923 cuando inicien una intensa amistad que les llevó a compartir experiencias personales,
intelectuales y proyectos artísticos.

Desde ese momento y hasta 1929 –año en que Dalí se instala en París y Lorca viaja a Nueva York, poniendo ambos las bases de una nueva etapa en sus respectivas carreras–, transcurren ocho años de intercambio intelectual que esta exposición estructura en tres grandes apartados temáticos y etapas cronológicas: Residencia de Estudiantes, Hay claridad y Estética filosófica. En resumen, el objetivo es poner de relieve la complejidad de la discusión intelectual mantenida por ambos en el marco de las vanguardias internacionales, que en esos años centrales de la década de los veinte alcanzan sus posiciones más polémicas e intensas.

En la Residencia (1922-1924)

Esta primera etapa corresponde con el momento de encuentro entre los artistas en la Residencia, que es también el de su primera incursión en los medios de vanguardia internacionales, entre 1922 y 1924. Junto con Buñuel y Pepín Bello formaban el grupo de artistas más notables de la Residencia, muy críticos con los artistas tradicionalistas y académicos a los que se referían como “putrefactos”. De este término surgió entre 1925 y 1926 el proyecto El cuaderno de los putrefactos, una serie de láminas dibujadas por Dalí acompañadas de textos de Lorca.

Hay claridad (1925-1928)

Este momento de madurez de su
amistad coincide con el de afirmación de su propia voluntad de vanguardia, formada esencialmente sobre el purismo, el maquinismo y la objetividad. Este período está dominado por los acuerdos y disensiones
que van desde Oda a Salvador Dalí de Lorca hasta el Sant Sebastià que Dalí dedica a Lorca, pasando por sus modelos: L´Esprit Nouveau, el purismo y el maquinismo, Valori Plastici, el metafísco, la objetividad y la “vida moderna”.

Estética Filosófica (1928-1929)

Este período de un año supone el principio y consumación de un distanciamiento que se inicia con el decisivo “alejamiento” surrealista de Dalí. La objetividad que los dos amigos han compartido durante algunos años queda desplazada por una subjetividad radical.

La estética filosófica está también presente en la nueva poesía de Lorca y en sus dibujos. Joan Miró es un referente común. Sin embargo, este coincidencia no bastará y la radicalidad de Dalí hará inevitable la ruptura.

Desde el punto de vista de la colaboración artística, este período está dominado por lo que Dalí llama “la otra cara” del mismo Sant Sebastià, con la que comienza a manifestar el comienzo de sus diferencias.

Vinculación intelectual

Esta muestra, comisariada por Juan José Lahuerta, se acompaña de un amplio catálogo que reúne en sus páginas las obras que conforman la exposición y que son reflejo del diálogo artístico y epistolar mantenido entre ambos artistas, sus escritos y artículos más decisivos.

Además, la exposición se completa con el documental Coloquio en la Residencia, dirigido por Manuel Gutiérrez Aragón y producido por la SECC y la Fundación “la Caixa” con la colaboración de la Fundación Federico García Lorca, la Fundación Gala-Salvador Dalí y la Residencia de Estudiantes.

Juan José Lahuerta es el comisario de Dalí, Lorca y la Residencia de Estudiantes, una muestra que, a modo de resumen, recrea el diálogo artístico y la vinculación intelectual de Salvador Dalí y Federico García Lorca, más allá de sus peripecias biográficas, proporcionando al gran público la oportunidad de acercarse no solo a estas dos grandes figuras de la cultura española, sino también a los protagonistas de los movimientos de vanguardia de los años veinte del siglo pasado. Una mirada transversal de la vanguardia europea que apenas se ha abordado hasta ahora en España.

Tras su exhibición en Madrid, la muestra viajará al Centro Federico García Lorca de Granada donde se podrá visitar en la primavera de 2011.

L’Amic de les Arts y gallo

La revista L’Amic de las Arts se publicó en Sitges entre 1926 y 1929 y contaba entre sus miembros más activos con Dalí, Gasch y Montanyà, promotores del Manifest groc (1928). En 1927 impulsaron la presencia de Lorca en los medios vanguardistas catalanes mediante colaboraciones en la revista, conferencias, lecturas poéticas, una exposición de dibujos y el estreno en Barcelona de Mariana Pineda.

El primer artículo que Dalí publicó en L’Amic de les Arts, está dedicado a García Lorca y se titula Sant Sebastià, reconocido símbolo homosexual y un personaje característico de la poesía simbolista y decadentista de finales del siglo XIX. Por su parte, Lorca impulsa en Granada la revisa gallo, de la que se publicaron dos números en 1928. En sus páginas se recogió la traducción del Manifest groc, pero Lorca no llegó a firmarlo. Dalí dibujó la carátula pero su compromiso con la revista fue menor del esperado.

 

Madrid. Dalí, Lorca y la Residencia de Estudiantes. CaixaForum.

Del 22 de septiembre de 2010 al 6 de febrero de 2011.

Comisario: Juan José Lahuerta.

» Actividades relacionadas con la exposición «Dalí, Lorca y la Residencia de Estudiantes»

Centro García Lorca (Granada). Del 3 de marzo al 22 de mayo de 2011.


Ilustraciones:

Salvador Dalí (detalle)

Natura morta al clar de lluna malva
1926
Fundación Gala-Salvador Dalí, Figueres
VEGAP, Madrid, 2010

Federico García Lorca
El Beso
1927
Tinta china, lápices de color y guache sobre cartulina
30,3 x 23,7 cm
Colección Francisco Gómez Suárez, viudo de F.G.G., Granada