Después de 15 años de litigio, los obispos «piden que se puedan cumplir las decisiones emanadas de la Santa Sede» y, por tanto, que las obras se devuelvan a la Diócesis de Barbastro-Monzón (Huesca), algo que ya solicitó el Vaticano en febrero de 2009 mediante un escrito formulado por la Secretaría de Estado Vaticana y que se hizo llegar al obispo de Lérida, Joan Piris, y que Aragón reclama desde que la Conferencia Episcopal española la segregó de la diócesis catalana en 1995.

El comunicado, fruto de la 197 reunión que han mantenido los obispos catalanes durante los tres últimos días en el seno de la Conferencia Episcopal Tarraconense, reconoce la «complejidad de la cuestión» y recuerda que el conflicto se encuentra en estos momento bajo la jurisdicción de los tribunales civiles.

¿Adquisición legítima?

La Generalitat, por su parte, ha defendido siempre que la legislación catalana vigente permite conservar en Lérida el patrimonio procedente de las iglesias de la Franja aragonesa porque su adquisición se hizo de forma legítima y la propiedad está «documentada».

El Obispado de Lérida, sin embargo, ya hizo pública en 2010 su decisión de no acudir a los tribunales para defender la propiedad, en un proceso iniciado por la Asociación Amigos del Museu Diocesà de Lleida.

Uso compartido

obras_arte_sacro_la_franjaLos obispos catalanes piden en el comunicado que la solución acordada que se pueda encontrar «respete siempre el uso compartido de un patrimonio religioso y cultural nacido para la alabanza de Dios y la catequesis de los fieles», y aboga porque éste sea puesto «al servicio de todos».

Desde que los tribunales vaticanos zanjaron la disputa a favor de la devolución, el forcejeo legal entre las diócesis de Lérida y de Barbastro-Monzón se ha convertido en una pugna cargada de implicaciones políticas y sociales en ambas comunidades.

Política y religión

El pasado 27 de octubre se celebró una reunión en busca de un acuerdo entre los titulares de los obispados de Lérida y Barbastro-Monzón de la que sólo trascendió un comunicado en el que se decía que el obispado leridano se apartaba de la vía civil y que acataba las «resoluciones canónicas y su validez», a la par que reconocía el acuerdo suscrito por el obispo Xavier Salinas en junio de 2008, que implicaba la entrega de las obras en 30 días, entrega que nunca se hizo efectiva.

En la nota remitida entonces, el Obispado de Lérida manifestó que siempre había mostrado voluntad de «acatar y obedecer la resolución última eclesiástica» y que Piris ya pidió permiso para entregar las obras, aunque la Generalitat lo denegó. Además, se consideraba que las piezas «son testimonio de una larga etapa de historia compartida de las dos comunidades» y ambas diócesis manifestaban el propósito de cooperar en el estudio, conservación y exposición de las obras.

En aquella propuesta ya se incluía la realización de copias «de todos y cada uno de los objetos que se considere oportuno; organizar exposiciones temporales de los respectivos patrimonios artísticos en ambas diócesis; favorecer la difusión mediante la edición de un catálogo común, itinerarios culturales relacionados con el ámbito del patrimonio y realizar programas de conservación e investigación, favoreciendo la creación de becas».

Más:

Continúa el litigio por las obras de arte de las parroquias altoaragonesas