El Museo, joya de la corona del plan del jeque Hamad al Thani para convertir a su país en centro cultural de Oriente Próximio, pretende transmitir al mundo una imagen diferente del Islam y sus gentes: "Destacar los valores de la civilización islámica y el papel que ha tenido en el acercamiento entre las culturas", declaró durante la inauguración la jequesa Mayasa Bint Hamad al Thani, hija del emir y presidenta de la Autoridad de los Museos de Qatar.

El edificio

El diseño, de líneas simples y volúmenes cúbicos, está inspirado por la "austeridad y simplicidad" de la fuente de abluciones de la Mezquita cairota de Ibn Tulun y de un fuerte del siglo VIII en Susa (Túnez). Construido sobre una isla artificial a 60 metros de la Bahía de Doha, sólo se puede acceder a él a través de un puente peatonal o mediante barco, dando la impresión, desde lejos, de encontrarse flotando sobre las aguas.

Pero es en su interior donde se hace patente la idea de fusión cultural: el atrio simula un templo futurista, la cúpula, de 5,5 metros de altura, queda oculta desde el exterior por una torre cuadrangular con unas claraboyas en forma de ojo que filtran delicadamente la luz. A los más de 5.000 metros cuadrados destinados a exposiciones se añaden una biblioteca y un pabellón anexo dedicado a la enseñanza.

En cuanto a la colección, se basa en las piezas adquiridas por la familia real durante la última década e incluye 800 obras de orfebrería, caligrafía, cerámica, ebanistería, miniaturas, joyas y alfombras, procedentes tanto del mundo islámico como de países de su área de influencia, desde España hasta la India y desde los orígenes del Islam hasta la caída del Imperio Otomano.

Repercusión en el mercado

Aunque sea pronto para valorar el impacto general que el museo pueda tener, el solo anuncio de su puesta en marcha ha animado un mercado internacional de arte islámico que hasta ahora resultaba muy marginal. Por poner un ejemplo, tanto Sotheby’s como Christie’s y Bonhams obtuvieron ventas récord durante el pasado abril en la semana dedicada a esta especialidad. De hecho, la novedad ha resultado ser, en términos de ventas, casi el único impulso positivo al mercado del arte internacional en estos momentos de crisis.