La colección que ahora se expone en Cancún fue adquirida por la Fundación Bancaja hace trece años por 150 millones de pesetas y en la actualidad está valorada en unos tres millones de euros. Ésta se divide en varios temas, como Violación, Retratos de Vollard, El Minotauro, El taller del escultor, Hojas de Rembrandt y varios temas libres.

Las 100 estampas aparecieron en 1939 en dos formatos: uno grande (760 x 500 mm.) sobre papel avitelado firmados por el artista con lápiz rojo o negro, con 50 ejemplares por plancha, y otro más pequeño (445 x 340 mm.) sobre papel verjurado de Montval con la marca al agua Vollard o Picasso en tirada de 250 ejemplares. La edición definitiva de la serie comenzó a estamparse en 1939, antes de la muerte de Vollard en julio de ese mismo año, y los cobres fueron mostrados por primera vez en 1979, en una exposición en el Museo de Arte Moderno de la Villa de París, de donde pasaron al Museo Picasso.

Diario íntimo

La Suite Vollard, afirma Juan Carrete, responsable de la exposición, "está presentada a manera de un diario íntimo del artista y en ella se dan cita todas las influencias de Picasso, sus delirios de grandeza y su profunda cultura mediterránea". La muestra será también exhibida a partir de marzo en la mexicana ciudad de Chetumal, para continuar periplo por otros países latinoamericanos.

"Los grabados no siguen ninguna secuencia lógica en sus imágenes. Su cronología temporal obedece más bien a los acontecimientos externos y personales del artista", agregó Carrete. Picasso utilizó en su realización diferentes técnicas como aguafuertes, aguatintas, buril, punta seca o aguatinta al azúcar, lo que contribuyó a su dispersión posterior.