El bien en un mundo perfecto y egoísta

Henry Mash es uno de los neurocirujanos más importantes de Londres, pionero en su campo, que cada día se desplaza al trabajo con una vieja bicicleta y que se preocupa por el dolor que puede provocar a los pacientes. «Cuando se llega a un punto crítico, podemos permitirnos perder un brazo o una pierna, pero yo opero dentro de los pensamientos y de los sentimientos de las personas y si algo sale mal puedo destrozar el carácter de esa persona para siempre», se narra en el propio documental.

La satisfacción directa que encuentra el neurocirujano contrasta con diagnósticos completamente erróneos, niños a los que no puede salvar y falta de equipos y personal cualificado. «Es como vender el alma al diablo, pero, ¿qué se puede hacer? Mi hijo tuvo un tumor cerebral cuando era un bebé y yo estaba desesperado por encontrar a alguien que pudiese salvarlo. Ahora no puedo huir de los que lo necesitan», explica el propio protagonista en la película. Este dilema es lo que resulta interesante de Mash, ya que su compasiva humanidad se convierte en el tema universal del documental: la lucha por hacer el bien en un mundo imperfecto y egoísta.

Contador de historias

Geoffrey Smith, director y productor de este trabajo, nació en Melbourne (Australia) y viajó durante años para descubrir su pasión: escuchar y explicar historias. En 1987, cuando se encontraba en Haití como ayudante de producción de un documental sobre las primeras elecciones del país, resultó herido de bala en una masacre de  votantes en el patio de una escuela.

Ya en Londres, luchó para volver a la normalidad y decidió filmar su viaje de regreso a Haití para encontrar al hombre que casi acabó con su vida, un film que posteriormente fue emitido por la BBC. Por este motivo, muchas de sus posteriores obras se han construido sobre la base de un uso de la cámara como herramienta para ayudar a las personas que pasan por momentos difíciles. Ganador de numerosos premios, entre ellos dos de la Royal Televisión Society (RTS), en el Reino Unido, entre los años 2004 y 2007 realizó más de 22 películas para las principales televisiones de este país, donde sacó a la luz dramas en los que abundan profundos dilemas éticos y morales.