, instalado de nuevo en España, trabaja para distintos medios periodísticos y recibe numerosos galardones como el II Premio Reportaje World Press Photo por el trabajo realizado en Cuba titulado Herederos de Chernobil, el Premio Ortega y Gasset por este mismo trabajo o el Fotopress 95.

Un psiquiátrico en Leros, una prisión boliviana, la desmantelación de los Altos Hornos de Vizcaya, Woodstock 94 o las calles de Belfast son algunos de los temas que el fotógrafo capta con su cámara en su primera etapa.

Documentalismo subjetivo

Pero después de estos años de colaboración con la prensa y con la publicidad, Dávila comienza un camino personal que se aleja gradualmente del fotoperiodismo. Esta transformación en su mirada le lleva a la capital filipina, una ciudad en constante búsqueda de su identidad fruto de la convivencia de tres culturas, la herencia colonial española, el neocolonialismo estadounidense y la influencia asiática, que Dávila consigue reflejar en su trabajo Manila. La ciudad le atrapa y el artista logra penetrar en su esencia más profunda. Su fotografía es cada vez más instintiva y liberada ya de toda regla.

Este cambio de rumbo, iniciado en 1995, hacia una fotografía metafórica y poética se aprecia en Lux Dubia y en No vodka on the moon, muestra que también podemos admirar durante estos días en el Museo de Obra Gráfica de San Clemente de Cuenca y que presenta las fotografías que realizó el artista durante su viaje a Ucrania en 2007.

 

-Bruselas. Lux Dubia. Box Galerie.

Hasta el 18 de abril.

 

-Cuenca. No vodka on the moon. Museo de Obra Gráfica de San Clemente.

Hasta el 20 de abril