La exposición reconstruye las etapas del encuentro de Sorolla con Andalucía, desde el paisaje de Sierra Nevada, que ofrece material para visiones líricas y cristalinas, hasta la inspiración que le producen los patios y los jardines árabes de la Alhambra y del Alcázar de Sevilla.

Los lienzos de Sorolla. Jardines de luz pertenecen al Museo Sorolla (23) y a instituciones y colecciones privadas de todo el mundo (22), algunos de las cuales se exponen al público por primera vez. Además, esta muestra incluye un importante número de piezas documentales, entre las que se encuentran cartas y fotografías, y el libro de firmas de la Alhambra, donde Sorolla dejó constancia de su paso por el monumento.

Sin presencia humana

En estas composiciones, donde la presencia humana está desterrada, las arquitecturas vegetales, los mármoles, las cerámicas, las fuentes, la luz y los colores cobran vida. El pincel del artista se detiene sobre los reflejos del agua, la luz que disuelve las geometrías arquitectónicas y sobre el mosaico cromático de los jardines.

Sorolla. Jardines de luz está estructurada en cinco secciones (La Tierra, El Agua, El Patio, El Jardín, El Jardín de la Casa Sorolla) que aportan un mayor grado de conocimiento en la obra del pintor valenciano, que siguió reflexionando sobre las posibilidades de su pintura hasta el final de su carrera artística.

Momento crucial

La exposición se centra en un momento crucial de la vida creativa del pintor, los años de plena madurez y, en concreto, las obras nacidas de su fascinación por los jardines y de su encuentro con Andalucía, que cala tan profundamente en él que acabará remodelando la poética y el estilo de su obra en sus últimos años.

Tras su visita a la Alhambra, en 1909, Sorolla pinta repetidamente los distintos espacios y jardines de la Alhambra y el Generalife, entre los que se encuentran Torre de los Siete Picos, Patio de los Arrayanes, Mirador de Lindaraja, Patio de Comares o Jardín de Daraxa, fechado en 1917.

Riqueza sobria

En Andalucía, Sorolla había descubierto una riqueza sobria, llena de poesía, que se plasmaba en los pequeños rincones, en el rumor del agua de una fuente y en el silencio de los patios bañados por el sol. Su jardín madrileño, construido en esos mismos momentos, actuaba entonces como transmisor y amplificador de esta metamorfosis.

Esta exposición itinerante llega a Granada tras su paso por la Gallerie d´Arte Moderna e Contemporanea di Ferrara (Italia) y visitará a partir del 29 de octubre el Museo Sorolla de Madrid.

 

1902, Sorolla visita Granada

Sorolla estuvo en Granada en cuatro ocasiones: 1902, 1909, 1910 y 1917. La primera fue una visita fugaz, pero dejó en él una profunda huella y el deseo de regresar para pintarla, lo que haría en unas 50 obras, con la Alhambra y Sierra Nevada como principales protagonistas; el Museo Sorolla de Madrid conserva 24 de ellas.

Desde su primera visita, el pintor quedó deslumbrado por el paisaje y el patrimonio monumental de la ciudad. Sierra Nevada, las vistas de la ciudad o los patios y torres de la Alhambra son algunos de los motivos que cautivaron al pintor.

Los paisajes que realiza en Granada son claves dentro de su producción. En ellos explora el género sin figuras, desplegando todos los recursos adquiridos a lo largo de su carrera con una pincelada expresiva y certera.

La propia sede del Museo Sorolla da testimonio de la impresión profunda que la ciudad andaluza dejó en el pintor: uno de los jardines que diseñó para rodear su casa se inspira directamente en el Generalife, y el propio Sorolla compró en Granada los arrayanes para sus setos, algunos de los cuales se conservan todavía.

 

Granada. Sorolla. Jardines de luz. Museo de Bellas Artes de Granada (Palacio de Carlos V. Conjunto Monumental de la Alhambra y Generalife).

Del 29 de junio al 14 de octubre de 2012.

Comisarios: Tomás Llorens, Blanca Pons-Sorolla, María López Fernández y Boye Llorens.

Descargar folleto