La muestra incluye una selección de 18 obras, entre intervenciones, instalaciones interactivas, performances, vídeos, obras radiofónicas y net art, que revelan el impacto de los medios de comunicación en el arte y la cultura. Pero también su obra visibiliza las transformaciones que las prácticas artísticas ejercen sobre los media, evidenciando las tensiones entre una realidad compleja y los lenguajes que la representan.

Los artistas invitan a explorar distintos códigos de comunicación, así como los nexos y divergencias entre signos y significados mediante el juego y la interacción, o simplemente a través de una atenta escucha y observación de lo que ocurre en cada una de las piezas expuestas, la mayoría de ellas producidas internacionalmente a lo largo de las últimas décadas.

Interconexiones

Ya en la primera instalación que aguarda en la entrada, Argot, los artistas establecen una interrelación entre el espacio físico del museo y el espacio inmaterial de la radio. Lo que se ve y lo que se oye cobra un protagonismo total e independiente en las instalaciones de Iges y Jerez. En lo que respecta a lo que se ve, queda patente, por ejemplo, en El ojo de Polifemo, una instalación que reúne nueve pequeñas pantallas que emiten, entre otras imágenes, la de los artistas deambulando por algunos espacios de Tabacalera y la de los propios visitantes, a quienes apunta una cámara. El sentido de este ojo de múltiples ángulos es reflexionar sobre la vigilancia en nuestros tiempos.

Con respecto a lo que se oye, destaca Cartografía sonora, una recopilación de sonidos-documento que conforma una especie de coreografía auditiva a través de un diálogo entre sonidos de diversa índole, violentos en ciertos casos, que inspira en la mente del visitante un estado de desorientación, muy propicio para una obra enmarcada en el proyecto Tierras de nadie, que se remata con banderas inventadas en cuyo fondo se agrupan, en forma de collage, retratos de temas sociales.

En la red

Jerez e Iges juegan además con el formato digital en instalaciones como Net-ópera, que surge de la obra homónima, cuya página puede ser visitada por el público. En esta instalación, los artistas evocan ese «gran teatro del mundo» de Calderón de la Barca conformando escenas en las que el visitante puede interactuar mediante un ratón para activar sonidos y animaciones, todo ello enmarcado en una escenografía teatral.

Las interconexiones no dejan de sucederse continuamente, alcanzando el cénit quizá con Viaje a ninguna parte, una videoinstalación en la que los artistas recorren los espacios de Tabacalera arrastrando cada uno una silla. Dichas sillas son expuestas bajo la luz de un foco frente al vídeo mencionado, deslocalizando nuevamente la obra en sí misma y confundiendo al espectador respecto a su concepción de frontera.

Colaboración longeva

Comisariada por Karin Ohlenschläger, Media_mutaciones se completa con un dispositivo documental que facilita al público el acceso a performances y obras audiovisuales y sonoras que los artistas han realizado juntos en los últimos 25 años. Una colaboración que comenzó en 1989, el año en que caía el Muro de Berlín y nacía la worldwide web (www). El trabajo común de Jerez e Iges presenta al visitante las coordenadas de un mundo cada vez más interconectado e interdependiente en lo político, económico, social y cultural.

Sus proyectos entretejen distintas escalas espaciotemporales de relatos, experiencias y realidades bajo el prisma de los media, alertando sobre las razones de la creciente aceleración de los acontecimientos y sobre la sospecha de que, bajo la retórica del cambio, se oculte un viaje a ninguna parte.